El Santo Padre cuenta con más de 33 millones de seguidores en sus 9 cuentas en Twitter, en español, inglés, portugués, italiano, francés, alemán, árabe, polaco y latín. Solo en español, tiene más de 12,7 millones de seguidores.
Francisco recordó en su publicación que “custodiar el sacro tesoro de toda vida humana, desde la concepción hasta el final, es el mejor modo de prevenir cualquier forma de violencia”.
Durante su pontificado, el Papa Francisco ha alentado a defender la vida “en todas sus fases” y ha calificado el aborto y el infanticidio como “crímenes abominables”.
Durante el Año Jubilar de la Misericordia, que concluyó en noviembre de 2016, el Santo Padre permitió que todos los sacerdotes pudieran perdonar el pecado del aborto, algo reservado habitualmente a los obispos.
El Santo Padre extendió luego este permiso de forma indefinida.
Papa Francisco: El aborto es un crimen abominable y la vida debe protegerse en todas sus fases
VATICANO, 11 Abr. 14 / 11:23 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco dirigió este viernes un discurso a 470 miembros del Movimiento por la Vida Italiano, en el que reiteró que el derecho a la vida no está subordinado a ninguna ideología y exhortó a proteger a los niños –nacidos y no nacidos-, y a los ancianos de la cultura del descarte, que es una consecuencia del divorcio entre economía y moral.
''La vida humana es sagrada e inviolable. Todo derecho civil se asienta en el reconocimiento del primero y fundamental de los derechos, el derecho a la vida, que no está subordinado a condición alguna, ni cualitativa, ni económica, ni tanto menos ideológica”, expresó el Papa.
En ese sentido, indicó que “así como el mandamiento de 'no matar' pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir 'no' a una economía de la exclusión y la desigualdad. Esa economía mata... Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del 'descarte' que, además, se promueve. Y así se descarta también la vida''.
El Santo Padre advirtió que uno de los peligros más graves de la época actual es “el divorcio entre economía y moral, entre las posibilidades que ofrece un mercado provisto de cualquier novedad tecnológica y las normas éticas elementales de la naturaleza humana, cada vez más arrinconada”.
“Es necesario reiterar la oposición más firme a cualquier atentado directo a la vida, especialmente inocente e indefensa, y el nonato en el seno materno es el inocente por antonomasia. Recordemos las palabras del Concilio Vaticano II: 'La vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables''', expresó.
El Papa recordó que tiempo atrás, durante una conferencia con médicos, uno de estos lo llamó aparte y le entregó un paquete, diciendo “Padre quiero dejarle esto a usted. Son los instrumentos que he utilizado para abortar. He encontrado al Señor, me he arrepentido y ahora lucho por la vida”. “Y me dio todas las herramientas. Recemos por este buen hombre'', pidió Francisco.
El Pontífice señaló que todo cristiano debe dar el testimonio evangélico de “proteger la vida con valor y amor en todas sus fases”. “Los animo a hacerlo siempre con la actitud de la cercanía, de la proximidad: ¡Que cada mujer se sienta considerada como persona, escuchada, acogida, acompañada¡'', invitó.
En su discurso, el Papa Francisco también pidió ocuparse de los abuelos, porque junto con los niños “son la esperanza de un pueblo. Los niños y los jóvenes porque sacarán adelante a ese pueblo; los abuelos porque tienen la sabiduría de la historia, son la memoria de un pueblo. Custodiar la vida en un tiempo donde los niños y los abuelos entran en esta cultura del descarte y se piensa en ellos como material desechable ¡No! Los niños y los abuelos son la esperanza de un pueblo''.
El Papa también agradeció por el “Proyecto Gema”, (una forma de adopción prenatal a distancia de mujeres embarazadas en dificultad) que ''en estos últimos 20 años ha permitido, a través de una forma particular de solidaridad concreta, el nacimiento de tantos niños que, de otra forma, no habrían visto la luz''.
Finalmente, los encomendó a la protección de María y pidió que Cristo sostenga la acción de los Centros de Ayuda a la Vida y como Movimiento por la Vida, “en particular el proyecto 'Uno de nosotros’”.
''La vida humana es sagrada e inviolable. Todo derecho civil se asienta en el reconocimiento del primero y fundamental de los derechos, el derecho a la vida, que no está subordinado a condición alguna, ni cualitativa, ni económica, ni tanto menos ideológica”, expresó el Papa.
En ese sentido, indicó que “así como el mandamiento de 'no matar' pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir 'no' a una economía de la exclusión y la desigualdad. Esa economía mata... Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del 'descarte' que, además, se promueve. Y así se descarta también la vida''.
El Santo Padre advirtió que uno de los peligros más graves de la época actual es “el divorcio entre economía y moral, entre las posibilidades que ofrece un mercado provisto de cualquier novedad tecnológica y las normas éticas elementales de la naturaleza humana, cada vez más arrinconada”.
“Es necesario reiterar la oposición más firme a cualquier atentado directo a la vida, especialmente inocente e indefensa, y el nonato en el seno materno es el inocente por antonomasia. Recordemos las palabras del Concilio Vaticano II: 'La vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables''', expresó.
El Papa recordó que tiempo atrás, durante una conferencia con médicos, uno de estos lo llamó aparte y le entregó un paquete, diciendo “Padre quiero dejarle esto a usted. Son los instrumentos que he utilizado para abortar. He encontrado al Señor, me he arrepentido y ahora lucho por la vida”. “Y me dio todas las herramientas. Recemos por este buen hombre'', pidió Francisco.
El Pontífice señaló que todo cristiano debe dar el testimonio evangélico de “proteger la vida con valor y amor en todas sus fases”. “Los animo a hacerlo siempre con la actitud de la cercanía, de la proximidad: ¡Que cada mujer se sienta considerada como persona, escuchada, acogida, acompañada¡'', invitó.
En su discurso, el Papa Francisco también pidió ocuparse de los abuelos, porque junto con los niños “son la esperanza de un pueblo. Los niños y los jóvenes porque sacarán adelante a ese pueblo; los abuelos porque tienen la sabiduría de la historia, son la memoria de un pueblo. Custodiar la vida en un tiempo donde los niños y los abuelos entran en esta cultura del descarte y se piensa en ellos como material desechable ¡No! Los niños y los abuelos son la esperanza de un pueblo''.
El Papa también agradeció por el “Proyecto Gema”, (una forma de adopción prenatal a distancia de mujeres embarazadas en dificultad) que ''en estos últimos 20 años ha permitido, a través de una forma particular de solidaridad concreta, el nacimiento de tantos niños que, de otra forma, no habrían visto la luz''.
Finalmente, los encomendó a la protección de María y pidió que Cristo sostenga la acción de los Centros de Ayuda a la Vida y como Movimiento por la Vida, “en particular el proyecto 'Uno de nosotros’”.
Papa Francisco concede que todos los sacerdotes puedan absolver el pecado del aborto
VATICANO, 21 Nov. 16 / 06:22 am (ACI).- En la Carta Apostólica “Misericordia et misera”, el Papa Francisco concede a todos los sacerdotes la facultad de absolver el pecado del aborto de manera indefinida, un permiso que había concedido solo durante el Año Jubilar que concluyó ayer.
De acuerdo al derecho canónico, en el canon 1398, debido a su gravedad, quien procura un aborto incurre en excomunión automática (latae sententiae), que solo puede absolver el obispo de la diócesis y los sacerdotes a los que él autorice. Con ocasión del Año de la Misericordia, el Papa permitió a los presbíteros de todo el mundo absolver este pecado.
Con su nueva carta, el Santo Padre extiende este permiso de forma indefinida.
“Para que ningún obstáculo se interponga en entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios, de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto”.
El Papa Francisco, con “Misericordia et misera” quiere recordar que la Iglesia no puede olvidar esta actitud del cristiano que se ha puesto más de manifiesta que nunca durante el Año Santo.
“La misericordia no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio. Todo se revela en la misericordia; todo se resuelve en el amor misericordioso del Padre”, afirma al comienzo del texto.
La concesión del Pontífice se encuentra en el punto 12 del documento, en el que además condena de manera tajante el aborto. “Cuanto había concedido de modo limitado para el período jubilar, lo extiendo ahora en el tiempo, no obstante cualquier cosa en contrario”.
“Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente”, afirma.
“Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre. Por tanto, que cada sacerdote sea guía, apoyo y alivio a la hora de acompañar a los penitentes en este camino de reconciliación especial”.
Con su nueva carta, el Santo Padre extiende este permiso de forma indefinida.
“Para que ningún obstáculo se interponga en entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios, de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto”.
El Papa Francisco, con “Misericordia et misera” quiere recordar que la Iglesia no puede olvidar esta actitud del cristiano que se ha puesto más de manifiesta que nunca durante el Año Santo.
“La misericordia no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio. Todo se revela en la misericordia; todo se resuelve en el amor misericordioso del Padre”, afirma al comienzo del texto.
La concesión del Pontífice se encuentra en el punto 12 del documento, en el que además condena de manera tajante el aborto. “Cuanto había concedido de modo limitado para el período jubilar, lo extiendo ahora en el tiempo, no obstante cualquier cosa en contrario”.
“Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente”, afirma.
“Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre. Por tanto, que cada sacerdote sea guía, apoyo y alivio a la hora de acompañar a los penitentes en este camino de reconciliación especial”.