MILÁN, 25 Mar. 17 / 05:47 am (ACI).- En su encuentro con los sacerdotes y consagrados de Milán, el Papa Francisco alertó contra el peligro de la “resignación” y pidió ayudar a los jóvenes en el discernimiento, además de asegurar que la alegría es una condición indispensable para evangelizar.
En la catedral, acompañado del Arzobispo de Milán, el Cardenal Angelo Scola, y otros prelados italianos, se encontró con los sacerdotes y consagrados de la diócesis y respondió a algunas de sus preguntas. Una de ellas sobre cómo evitar perder la alegría de evangelizar, otra sobre la misión de los diáconos permanentes y otra realizada por una religiosa.
“La evangelización no siempre es sinónimo de ‘pescar peces’. Dar testimonio… pero luego es el Señor el que pesca, dónde, cómo, cuándo, no lo sabemos, pero esto es muy importante. También partir de eso: que nosotros somos instrumentos, instrumentos inútiles”, dijo respecto a la primera pregunta.
“Evangelizar es una alegría. Decía el gran Pablo VI en el más grande documento pastoral post conciliar que todavía hoy tiene actualidad: la alegría de la Iglesia es este evangelizar y nosotros tenemos que pedir la gracia de no perderla”.
“Un evangelizador triste es uno que no está convencido de que Jesús es alegría, que Jesús te lleva alegría y que cuando te llama te cambia la vida y te da alegría, te envía en alegría, en la cruz, pero en alegría para evangelizar”, añadió.
Por otro lado, Francisco aseguró que se trata de un “desafío”. “No debemos temer los desafíos que existen” porque “son signo de una fe viva, de una comunidad viva que busca a su Señor y tiene los ojos y el corazón abiertos”. “No debemos tener temor ni lamentarnos, los desafíos se deben tomar por los cuernos, hace bien que haya desafíos, porque hacen crecer”.
Sobre esto mismo, el Santo Padre aseguró que “los desafíos nos ayudan a hacer que nuestra fe no sea ideológica”. “Las ideologías germinan y crecen cuando un cree tener la fe completa, ahí viene la ideología”, y añadió que “nos salvan de un pensamiento cerrado y definitivo y nos abren a una comprensión más amplia”.
Francisco también recordó que nos encontramos en una sociedad “multiforme” y explicó que “la Iglesia tiene mucho que enseñarnos y ayudarnos para una cultura de la diversidad”.
Acerca del discernimiento, aseguró que “en la cultura de la abundancia, a la cual estamos sometidos, la diversidad ofrece un horizonte de muchas posibilidades, presentándoles a todas como válidas y buenas”. “Nuestros jóvenes son expuestos a un ‘zapping’ continuo. Pueden navegar en dos o tres pantallas abiertas al mismo tiempo, pueden interactuar al mismo tiempo en varios escenarios virtuales”.
Por ello, “es bueno enseñarles a discernir, porque tenemos los instrumentos y los elementos que les ayuden a recorrer el camino de la vida sin que se extinga el Espíritu Santo que está en ellos”.
Diaconado permanente y periferias existenciales
El Papa advirtió de que el diácono no puede ser una especie de “intermediario entre los fieles y los pastores”. “El diaconado es una vocación específica, una vocación familiar que reclama el servicio como uno de los dones característicos del pueblo de Dios”.
En definitiva, “es el custodio del servicio en la Iglesia, el servicio en la Palabra, el servicio en el Altar, el servicio a los Pobres”. “No sois medio sacerdotes ni medio laicos –esto sería ‘funcionalizar’ el diaconado–, sino que sois sacramento del servicio a Dios y a los hermanos”.
En su respuesta a la pregunta de una religiosa advirtió contra el peligro de la “resignación”. “Cada vez que pensamos o constatamos que somos pocos, o en muchos casos ancianos, que experimentamos el peso, la fragilidad más que el esplendor, nuestro espíritu comienza a ser corroído por la resignación. Y la resignación conduce después a la pereza”.
Por eso, “hace bien a todos nosotros revisitar los orígenes, una memoria que nos salva de cualquier imaginación gloriosa pero irreal del pasado”.
“Durante muchos años hemos creído, y hemos crecido, con la idea de que las familias religiosas deben ocupar espacios más que iniciar procesos”.
El Papa pidió también poner atención porque a veces “cuando caemos en la resignación nos alejamos de la misericordia”. “Comienza a pesar el dinero que tenemos en el banco, ¿y la pobreza entonces dónde está?”, preguntó. “El Señor es bueno y cuando una congregación religiosa no va por el camino del voto de pobreza le envía un ecónomo o una ecónoma dura que hace que se desmorone todo, y esto es una gracia”.
Francisco pidió no tener miedo a ser una “minoría” y observó que “no osaría deciros a cuáles periferias existenciales debe dirigirse la misión, porque normalmente el Espíritu ha inspirado los carismas para las periferias, para ir a los lugares, en dónde suelen estar los abandonados”.