VATICANO, 30 May. 17 / 04:26 am (ACI).- En un cierto momento de la vida, cualquier Obispo debe “despedirse”, como San Pablo enseña a la Iglesia de Éfeso en una de las lecturas de la liturgia del día y que el Papa Francisco comentó en la homilía en Santa Marta.
El Santo Padre habló de las actitudes que debe tener todo pastor e invitó a todos a no sentirse el centro de la historia y a seguir al Espíritu Santo allá donde quiera.
“Todos los obispos debemos despedirnos. Llega un momento en el que el Señor nos dice: ‘ve a otro sitio, ve allí, ven aquí, ven conmigo’. Y uno de los pasos que debe dar un pastor es también prepararse para irse bien, no irse a la mitad. El pastor que no aprende a despedirse es porque tiene algún lazo de unión no bueno con la grey, una unión que no está purificada por la Cruz de Jesús”.
El Pontífice explicó que San Pablo da una serie de “consejos” a los presbíteros de Éfeso y aprovechó para recordar las “3 actitudes” del apóstol.
“No es un acto de vanidad” porque “él dice que es el peor de los pecadores, lo sabe y lo dice”, pero simplemente “cuenta su historia”. “Y “una de las cosas que dará mucha paz al pastor cuando se despida es acordarse de que nunca ha sido un pastor de compromisos”, es decir, “que no ha guiado a la Iglesia con los compromisos. No se ha echado para atrás”. “Y se necesita coraje para esto”, afirmó.
La segunda actitud es abandonarse al Espíritu Santo, como San Pablo que “forzado por el Espíritu Santo” fue a Jerusalén. “El pastor sabe que está en camino”: “mientras conducía a la Iglesia estaba con la actitud de no comprometerse; ahora el Espíritu le pide ponerse en camino, sin saber qué ocurrirá.
“¿Ahora quiere Dios que yo me vaya? Me voy sin saber qué me sucederá. Solo se –el Espíritu le había hecho saber eso– que el Espíritu Santo de ciudad en ciudad da testimonio de que me esperan cadenas y tribulaciones’. Eso lo sabía. ‘No me jubilo. Voy a otra parte a servir a otras Iglesias’. Siempre con el corazón abierto a la voluntad de Dios: ‘dejo esto, veré que me pide el Señor’. Y ese pastor sin compromisos es ahora un pastor en camino”.
Por último, Francisco comentó las palabras de San Pablo: “No considero mi vida digna de estima” porque “no es el centro de la historia, de la historia grande o de la historia pequeña”, sino que es “un servidor”.
El Papa citó un dicho popular que dice: “Como se vive, se muere; como se vive uno se despide”. Y San Pablo se despide con una “libertad sin compromisos”. “Así se despide un pastor”, subrayó.
“Con este ejemplo tan hermoso oremos por los pastores, por nuestros pastores, por los párrocos, por los obispos, por el Papa, para que su vida sea una vida sin compromisos, una vida en camino, y una vida donde no se crean que están en el centro de la historia y así aprendan a despedirse. Oremos por nuestros pastores”.
Lectura comentada por el Papa Francisco:
Primera lectura
Hechos 20:17-27
17 Desde Mileto envió a llamar a los presbíteros de la Iglesia de Efeso.
18 Cuando llegaron donde él, les dijo: «Vosotros sabéis cómo me comporté siempre con vosotros, desde el primer día que entré en Asia,
19 sirviendo al Señor con toda humildad y lágrimas y con las pruebas que me vinieron por las asechanzas de los judíos;
20 cómo no me acobardé cuando en algo podía seros útil; os predicaba y enseñaba en público y por las casas,
21 dando testimonio tanto a judíos como a griegos para que se convirtieran a Dios y creyeran en nuestro Señor Jesús.
22 «Mirad que ahora yo, encadenado en el espíritu, me dirijo a Jerusalén, sin saber lo que allí me sucederá;
23 solamente sé que en cada ciudad el Espíritu Santo me testifica que me aguardan prisiones y tribulaciones.
24 Pero yo no considero mi vida digna de estima, con tal que termine mi carrera y cumpla el ministerio que he recibido del Señor Jesús, de dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios.
25 «Y ahora yo sé que ya no volveréis a ver mi rostro ninguno de vosotros, entre quienes pasé predicando el Reino.
26 Por esto os testifico en el día de hoy que yo estoy limpio de la sangre de todos,
27 pues no me acobardé de anunciaros todo el designio de Dios.