VATICANO, 05 Jun. 17 / 06:32 am (ACI).- El Papa Francisco recordó a un grupo de religiosos que para evangelizar es necesario ser también consciente de la misericordia de Dios.
El Santo Padre recibió en audiencia a los participantes del Capítulo General de los Misioneros y Misioneras de la Consolata y les ofreció algunas sugerencias para ayudarles en su misión, puesto que “sois llamados a profundizar en vuestro carisma, para proyectaros con renovado empuje en la obra de evangelización, en la perspectiva de las urgencias pastorales y de las nuevas pobrezas”.
De esta manera les exhortó a “actuar en un atento discernimiento sobre la situación de los pueblos en medio de los cuales desarrolláis vuestra acción evangelizadora”.
“No os canséis de llevar consuelo a los pueblos que a menudo son marcados por una gran pobreza y sufrimiento agudos, como por ejemplo en muchas partes de África o de América Latina”.
Francisco recordó el ejemplo de muchos de estos religiosos “que han amado el Evangelio de la caridad más que a sí mismos y han coronado el servicio misionero con el sacrificio de la vida”.
“Que su elección evangélica sin reservas ilumine vuestro compromiso misionero y sirva para daros coraje para todos en el proseguir con renovada generosidad en vuestra particular misión en la Iglesia”.
No obstante, “llevar adelante esto no es una fácil misión” porque se necesita “ser conscientes de la misericordia de la que somos objeto por parte del Señor”, dijo el papa.
“¡Es mucho más importante darnos cuenta de cuánto somos amados por Dios que no de cuanto lo amamos nosotros!”. “En la medida en que somos persuadidos del amor del Señor, nuestra adhesión a Él crece”, añadió también.
El Santo Padre, refiriéndose en concreto a los consagrados, señaló que “cuanto más se esfuerzan en parecerse más a Cristo, son más familiares de Dios, íntimos, aquellos que tratan con el Señor en total libertad, con espontaneidad, pero con el estupor frente a las maravillas que Él lleva a cabo”.
“La vida religiosa puede convertirse en un itinerario de redescubrimiento progresivo de la misericordia divina, facilitando la imitación de las virtudes de Cristo y de sus actitudes ricas en humanidad, para después testimoniarlas a todos aquellos que se acercan a vosotros en el servicio pastoral”.
También les invitó a saber “recoger con alegría los continuos estímulos a la renovación y al compromiso que provienen del contacto real con el Señor Jesús, presente y obrante en la misión a través del Espíritu Santo”.
El Pontífice destacó la necesidad de la inculturación del Evangelio, así como la “elección de formas sencillas y pobres de presencia entre la gente”.
“Una atención especial merecen el diálogo con el Islam, el compromiso por la promoción de la dignidad de la mujer y de los valores de la familia, la sensibilidad por los temas de la justicia y de la paz”.