El Papa celebra la Misa de Pascua de Resurrección y Bendición “Urbi et Orbi”


El Papa Francisco presidió, este domingo 21 de abril, la Misa de la Pascua de Resurrección en la Plaza de San Pedro del Vaticano.


Ante una multitud de 70.000 fieles, según datos de la Gendarmería Pontificia facilitados por la Sala de Prensa de la Santa Sede, el Santo Padre celebró la liturgia eucarística que comenzó con el rito del “Resurrexit”.

El Papa no pronunció homilía, ya que, inmediatamente después de la Misa, pronunció su tradicional Mensaje Pascual previo a la Bendición “Urbi et Orbi”, a la ciudad de Roma y al mundo.

En su Mensaje Pascual, el Papa pidió rezar por el fin de las guerras en Siria, Yemen y Libia, por el fin de las injusticias en Venezuela y en Nicaragua, y por la paz entre israelíes y palestinos.

Además, en su felicitación por la Pascua posterior a la bendición “Urbi et Orbi”, Francisco rezó por las víctimas del atentado terrorista que en la mañana de este domingo causó 200 muertos y cientos de heridos en diferentes iglesias y hoteles de Sri Lanka.

Papa Francisco: Jesús resucitado se manifiesta a todos los que lo invocan y lo aman

El Papa Francisco afirmó que “Jesús resucitado se manifiesta a todos los que lo invocan y lo aman”. “En Él también nosotros estamos resucitados, pasando de la muerte a la vida, de la esclavitud del pecado a la libertad del amor”.

El Santo Padre realizó esta enseñanza durante el rezo del Regina Coeli que presidió este lunes 22 de abril, Lunes del Ángel, desde el Palacio Apostólico del Vaticano.

En su mensaje previo al rezo, el Pontífice recordó que, a lo largo de esta semana, “se prolonga la alegría pascual de la resurrección de Jesús, cuyo evento admirable hemos conmemorado ayer”.

“En la Vigilia Pascual resonaron las palabras pronunciadas por los ángeles junto a la tumba vacía de Cristo. A las mujeres que se habían acercado al sepulcro al alba del primer día después del sábado, les dijeron: ‘¿Por qué buscáis de entre los muertos a aquel que está vivo? No está aquí, ha resucitado’”.

El Papa continuó su explicación y señaló que “la resurrección de Cristo constituye el suceso más desconcertante de la historia humana, que atestigua la victoria del Amor de Dios sobre el pecado y sobre la muerte, y da a nuestra esperanza de vida un fundamento sólido como la roca. Aquello que humanamente era impensable, sucedió: ‘Jesús de Nazaret, Dios lo ha resucitado, liberándolo de los dolores de la muerte’”.

En concreto, especificó que “en este Lunes del Ángel, la liturgia con el Evangelio de Mateo nos lleva junto al sepulcro vacío de Jesús. Las mujeres, llenas de temor y de alegría, salen corriendo para llevar la noticia a los discípulos, y en aquel momento Jesús se presenta ante ellos. Ellos ‘se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron’. Lo tocaron: no era un fantasma, era Jesús, vivo, con la carne, era Él”.

“Jesús arranca de sus corazones el miedo y los anima todavía más a anunciar a los hermanos aquello que había sucedido: Todos los Evangelios destacan el papel de las mujeres, María de Magdalena y las otras, como primeros testimonios de la resurrección”.

Por el contrario, “los hombres, atemorizados, estaban encerrados en el cenáculo. Pedro y Juan, advertidos por la Magdalena, realizaron una rápida salida en la que constataron que la tumba estaba abierta y vacía. Pero son las mujeres las primeras en encontrar al Resucitado y llevar el anuncio de que Él está vivo”.

“Hoy resuenan en nosotros las palabras que Jesús dirigió a las mujeres: ‘No temáis; id y anunciad…’. Después de los ritos del Triduo Pascual, que nos han hecho revivir el misterio de la muerte y resurrección de nuestro Señor, ahora, con los ojos de la fe, lo contemplamos resucitado y vivo. También nosotros estamos llamados a encontrarlo personalmente y a convertirnos en sus anunciadores y testigos”.

“En Él también nosotros estamos resucitados, pasando de la muerte a la vida, de la esclavitud del pecado a la libertad del amor. Por lo tanto, dejémonos alcanzar por el mensaje consolador de la Pascua, y envolvernos por su gloriosa luz que disipa las tinieblas del miedo y de la tristeza”.

El Papa concluyó su enseñanza previa al rezo del Regina Coeli subrayando que “Jesús resucitado camina junto a nosotros. Él se manifiesta a todos los que lo invocan y lo aman. Antes de nada, en la oración, pero también en las alegrías sencillas vividas con fe y agradecimiento. Podemos sentirlo presente también compartiendo momentos de cordialidad, de acogida, de amistad, de contemplación de la naturaleza”.

Siria, Sudán, Venezuela… El Papa Francisco pide por la paz en estos países
El Papa Francisco hizo una firme defensa de la paz en el mundo durante el tradicional mensaje Pascual previo a la Bendición “Urbi et Orbi”, a la ciudad de Roma y al mundo, que impartió este domingo 21 de abril, Domingo de Resurrección, en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

En su mensaje, el Santo Padre pidió el fin de los conflictos en Siria, Israel y Palestina, Libia, Sudán y Sudán del Sur, y Ucrania. En este sentido, recordó que “Cristo vive y se queda con nosotros. Muestra la luz de su rostro de Resucitado y no abandona a los que se encuentran en el momento de la prueba, en el dolor y en el luto”.

Por eso, pidió que “sea esperanza para el amado pueblo sirio, víctima de un conflicto que continúa y amenaza con hacernos caer en la resignación e incluso en la indiferencia”.

También en Oriente Medio, realizó una mención especial “para la gente de Yemen, sobre todo para los niños, exhaustos por el hambre y la guerra”. Además, solicitó a israelíes y palestinos “aliviar tanto sufrimiento y a buscar un futuro de paz y estabilidad”.

En este sentido, animó a los cristianos de Oriente Medio a no dejar “de dar testimonio con paciente perseverancia del Señor resucitado y de la victoria de la vida sobre la muerte”.

Asimismo, se refirió también a los conflictos que afligen al continente africano, empezando por Libia, “donde en las últimas semanas personas indefensas vuelven a morir y muchas familias se ven obligadas a abandonar sus hogares. Insto a las partes implicadas a que elijan el diálogo en lugar de la opresión, evitando que se abran de nuevo las heridas provocadas por una década de conflicto e inestabilidad política”.

Rogó también por la paz en otros países africanos “lleno todavía de tensiones sociales, conflictos y, a veces, extremismos violentos que dejan inseguridad, destrucción y muerte, especialmente en Burkina Faso, Mali, Níger, Nigeria y Camerún”.

En especial, “en Sudán, que está atravesando un momento de incertidumbre política y en donde espero que todas las reclamaciones sean escuchadas y todos se esfuercen en hacer que el país consiga la libertad, el desarrollo y el bienestar al que aspira desde hace mucho tiempo”.

Pidió también por las autoridades civiles y religiosas de Sudán del Sur, para que “que se abra una nueva página en la historia del país, en la que todos los actores políticos, sociales y religiosos se comprometan activamente por el bien común y la reconciliación de la nación”.

A continuación, el Papa realizó un nuevo salto geográfico y se trasladó a Europa oriental, en concreto, a las regiones del este de Ucrania, cuyos habitantes “siguen sufriendo el conflicto todavía en curso, encuentren consuelo en esta Pascua. Que el Señor aliente las iniciativas humanitarias y las que buscan conseguir una paz duradera”.

Después, dirigió su mirada al continente americano, afectado por “situaciones políticas y económicas difíciles”. “Pienso en particular en el pueblo venezolano: en tantas personas carentes de las condiciones mínimas para llevar una vida digna y segura, debido a una crisis que continúa y se agrava”.

Por último, pidió que “el Señor resucitado ilumine los esfuerzos que se están realizando en Nicaragua para encontrar lo antes posible una solución pacífica y negociada en beneficio de todos los nicaragüenses”.

El Papa Francisco pide que se condene el atentado terrorista de Sri Lanka
El Papa Francisco reclamó una condena generalizada de los atentados terroristas que el pasado Domingo de Resurrección ocasionó casi 300 muertos y más de 500 heridos en una serie de explosiones contra iglesias y hoteles en Sri Lanka.

El Santo Padre hizo este pedido tras el rezo del Regina Coeli este lunes 22 de abril en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde quiso “expresar nuevamente mi cercanía espiritual y paterna al pueblo de Sri Lanka. Permanezco muy cercano a mi querido hermano, el Cardenal Malcolm Ranjith Patabendige Don, y a toda la Iglesia Archidiocesana de Colombo”.

“Rezo por las numerosísimas víctimas y heridos, y pido a todos que no vacilen a la hora de ofrecer a esta querida nación toda la ayuda necesaria. Espero, del mismo modo, que todos condenen estos actos terroristas, estos actos inhumanos nunca justificables”.

El ataque terrorista se produjo a las 8:45 de la mañana del domingo, hora de Sri Lanka, en tres iglesias y tres hoteles de la capital, Colombo, y de otros lugares del país.

Las iglesias atacadas fueron las de San Sebastián en Negombo y San Antonio en Colombo. Este último es el santuario más concurrido en el país asiático. Además, fue atacado un templo evangélico en Batticaloa y cuatro hoteles donde se celebraba la Pascua de Resurrección.

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