El Papa Francisco defendió el trabajo de la Iglesia en la defensa del patrimonio histórico, artístico y cultural por medio de su red de Museos Eclesiásticos, la cual está al servicio de todas las personas, pues “todo el mundo tiene derecho a la cultura hermosa”.
En la audiencia que concedió en el Vaticano este viernes 24 de mayo a los dirigentes y trabajadores de esta Asociación de Museos Eclesiásticos Italianos les recordó que “los museos en los que operáis representan el rostro de la Iglesia, su fecundidad artística y artesanal, su vocación de comunicar un mensaje que es Buena Noticia”.
El Papa, que entregó en mano su discurso para saludar uno por uno a todos los presentes, también insistió en que “vuestros museos son lugares eclesiales y vosotros participáis en el cuidado pastoral de vuestras comunidades al presentar la belleza de los procesos creativos humanos destinados a expresar la Gloria de Dios”.
Por otro lado, advirtió que, al igual que el patrimonio natural, el patrimonio histórico, artístico y cultural “está igualmente amenazado”.
“Es parte de la identidad común de un lugar y una base para construir una ciudad habitable. Necesitamos integrar la historia, la cultura y la arquitectura de un lugar en particular, salvaguardando su identidad original, haciendo que el lenguaje técnico dialogue con el lenguaje popular”.
Afirmó que el patrimonio histórico es cultura “entendida no solo como los monumentos del pasado, sino especialmente en su sentido vivo, dinámico y participativo”.
Por este motivo, “es esencial que el museo mantenga buenas relaciones con el territorio en el que se inserta, colaborando con otras instituciones similares. Se trata de ayudar a las personas a vivir juntas, a vivir bien juntas, a colaborar juntas. Los museos eclesiásticos, por su propia naturaleza, están llamados a fomentar el encuentro y el diálogo en la comunidad territorial”.
En esta perspectiva, hizo un llamado a los responsables de los museos a “colaborar con museos de otras comunidades religiosas”, porque “las obras de arte y la memoria de diferentes tradiciones y estilos de vida hablan de esa humanidad que nos hace hermanos y hermanas”.
“El museo contribuye a la buena calidad de vida de la gente, creando espacios abiertos de relación entre las personas, lugares de cercanía y oportunidades para crear comunidades”, destacó. “Siempre y para todos ayuda a levantar la mirada hacia la belleza”, defendió el Papa Francisco.
