Entrevistado por el periodista español Jordi Évole, para un programa televisivo difundido este 22 de marzo, el Papa Francisco expresó su “esperanza en la humanidad” frente al drama de la pandemia del coronavirus COVID-19.
Évole preguntó al Santo Padre si ante la pandemia de coronavirus era “optimista”. El Santo Padre respondió que esa “es una palabra que no me gusta, porque el optimismo a mí me, no digo que sea, pero a mí suena a maquillaje, ¿viste?”.
“Yo tengo esperanza. Tengo esperanza en la humanidad, tengo esperanza en los hombres y en las mujeres”.
El Papa Francisco aseguró que “tengo esperanza en los pueblos”, los cuales “van a tomar de estas crisis enseñanzas para revisar sus vidas. Vamos a salir mejores. Menos, por supuesto, muchos quedan en el camino y es duro. Pero tengo fe, vamos a salir mejores”.
El Santo Padre indicó que a quienes pierden a sus seres queridos en medio de esta pandemia “lo último que yo haría es decirles algo. Lo que trato es de hacerles sentir mi cercanía”.
“Hoy día es más importante el lenguaje de los gestos que el de las palabras”, dijo.
Para el Papa Francisco con la pandemia de coronavirus COVID-19 “está saliendo a luz un drama no sé si subterráneo pero disimulado de nuestras sociedades. A veces son sociedades hipócritas, a veces son sociedades inconscientes, que no se dan cuenta de este submundo”.
“Sin más, hace un par de días, un policía con buena intención se acercó a un hombre y le dijo ‘señor, vaya a su casa, porque no puede estar por la calle’. Y este hombre le dijo ‘no tengo casa, vivo en la calle’”.
El Santo Padre señaló que en medio de esta crisis “empezamos a estar cercanos de esa gente que conocemos por concepto”.
“Esto nos acerca a esta gente que de alguna manera tiene una esperanza muy chiquita, que no tiene donde apoyarse”, dijo.
El Papa Francisco también lamentó que “todos pecamos de alguna manera de subvaluar el problema” del coronavirus.
“Siempre existe esa presunción de que ‘a mí no me va a tocar, yo soy un preferido de la sociedad, de los dioses, de la cultura, esto no es para mí’”, dijo.
El Santo Padre expresó además su admiración por los profesionales de la salud que luchan en estos días contra el coronavirus COVID-19 en diversas partes del mundo. “Los admiro”, dijo, pues “me enseñan cómo comprometerse” y “les agradezco el testimonio. Médicos, enfermeros, voluntarios, que tienen que dormir en las camillas porque ya no hay camas en el hospital y no pueden salir a sus casas”.
“A mí me gusta usar una palabra que me hace bien: los santos de la puerta de al lado”, dijo, y señaló que “muchos no son creyentes, muchos son agnósticos o llevan una vida de fe a su manera, pero en el testimonio vos ves esta capacidad de jugarse por el otro. Entre ellos hay muertos”.
Sobre otros trabajadores, incluidos quienes laboran en supermercados que se mantienen abiertos en medio de la pandemia, así como policías, el Papa destacó que “son los que están manteniendo el funcionamiento social, para que no falte lo esencial. Y me cuentan que acá en Roma lo hacen con una altura, con una altura muy grande”.
El Papa Francisco también dijo que con crisis como esta “la naturaleza está pataleando para que nos hagamos cargo del cuidado de la naturaleza”.
“Hay un dicho que seguramente vos lo conocés: Dios perdona siempre, nosotros perdonamos de vez en cuando, la naturaleza no perdona nunca, los incendios, las inundaciones, los terremotos”, dijo.
Rescatar la convivencia familiar puede ser logro en tragedia de coronavirus, dice el Papa
Consultado por el periodista español Jordi Évole, en una entrevista transmitida este 22 de marzo, el Papa Francisco señaló que una de sus principales preocupaciones frente a la crisis del coronavirus COVID-19 es “la soledad”, y alentó a rescatar la convivencia de las familias.
“Me preocupa la soledad”, dijo el Santo Padre, y lamentó que “el mano a mano de la convivencia lo hemos olvidado, no lo recordamos”.
Cuando en una familia comen juntos, lamentó, están “los padres mirando televisión y los chicos cada uno con su teléfono comunicándose con otros y entre ellos no se comunican”.
La variedad de coronavirus identificada como COVID-19 se registró por primera vez en Wuhan (China) y se ha propagado por cerca de 180 países. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), al 21 de marzo se confirmaron 266.073 infecciones de coronavirus COVID-19, y 11.184 muertes en todo el mundo.
Frente al coronavirus, que ha llevado a que muchos gobiernos sugieran o impongan el aislamiento social para evitar que los contagios aumenten, el Papa señaló que “hoy día en las casas, los padres empiezan a escuchar con sus hijos de otra manera”.
“Los papás juegan con sus hijos chicos porque no pueden salir, están allí. Tienen tiempo para encontrarse, reencontrarse. Hoy día siente cada uno la necesidad de acariciar a sus viejos, a sus abuelos”, señaló.
Para el Papa Francisco, “hoy tenemos que rescatar la convivencia. Y este quizás sea uno de los logros que podemos llegar a tomar en esta tragedia”.
“Muy triste que sea una tragedia, pero tenemos que recuperar la convivencia humana, la cercanía”, señaló.
¿El coronavirus hizo que el Papa Francisco dudara de Dios? Esta es su respuesta
En una nueva entrevista con el periodista español Jordi Évole, transmitida este 22 de marzo por el canal La Sexta, el Papa Francisco respondió a la inquietud si la pandemia del coronavirus COVID-19 hizo que dudara de Dios.
Évole le preguntó al Santo Padre si “en una situación como esta, ¿hasta un Papa puede poner en duda la existencia de Dios?”. Tras responder que “nadie está exento de las tentaciones existenciales”, el Papa precisó que a lo largo de su vida sí se le presentaron dudas, pero “en este momento no”.
“En mi vida sí, en este momento no, pero en mi vida sí, alguna vez. En mi vida recuerdo que he tenido mis dudas de fe, mis crisis de fe, y las he resuelto por la gracia de Dios”, señaló.
El Papa Francisco subrayó en su entrevista que “nadie se salva del camino común de la gente, que es el mejor camino, el más seguro, el concreto, y eso nos hace bien a todos”.
Papa Francisco: Que esta Cuaresma sea un tiempo para acercarnos al Señor
“Que la Cuaresma que estamos viviendo sea tiempo oportuno y precioso para acercarnos al Señor, pidiendo su misericordia, en las diversas formas que la Madre Iglesia nos propone”, indicó el Pontífice antes del rezo del Ángelus de este domingo 22 de marzo.
Al comentar el pasaje del Evangelio de San Juan de la liturgia de este cuarto Domingo de Cuaresma que relata la curación de Jesús a un ciego de nacimiento, el Papa afirmó que “cada uno de nosotros está llamado a recibir la luz divina para manifestarla con toda la propia vida”.
El #EvangeliodeHoy (Jn 9, 1-41) nos enseña que el pecado es como un velo oscuro que cubre nuestro rostro y nos impide vernos a nosotros mismos y al mundo con claridad; el perdón del Señor nos quita este manto de tinieblas y nos da una nueva luz.
Además, el Santo Padre recordó la afirmación de Jesús “yo soy la luz del mundo” para añadir que Cristo es “la luz que aclara nuestras tinieblas”.
“Así es Jesús. Él actúa la iluminación en dos niveles: uno físico y uno espiritual. El ciego recibió en primer lugar la vista en los ojos y después, es conducido a la fe, en el Hijo del hombre, es decir Jesús. Es todo un camino”, explicó el Papa.
Sin embargo, el Pontífice relató que “los doctores de la ley, que estaban allí, un grupo, se obstinaron a no admitir el milagro, y dirigieron al hombre curado preguntas insidiosas” pero el ciego curado respondió: “yo sé una cosa: era ciego y ahora veo”.
“Los prodigios que Jesús actúa no son gestos espectaculares, sino que tienen la finalidad de conducir a la fe a través de un camino de transformación interior”, subrayó.
En este sentido, el Papa añadió que “en medio de la desconfianza y la hostilidad de los que lo rodean y lo interrogan incrédulos, él realiza un itinerario que lo lleva a descubrir gradualmente la identidad de Aquel que le abrió los ojos y a confesar su fe en Él”.
Por ello, Francisco expresó que ojalá “podamos también nosotros tener esta experiencia” ya que el “ciego sanado, que ahora ve con los ojos del cuerpo y del alma, es imagen de todo bautizado, que inmerso en la Gracia ha sido arrancado de las tinieblas y puesto en la luz de la fe”.
Por último, el Santo Padre invitó a leer este domingo con calma el capítulo 9 del Evangelio de San Juan: "también yo lo haré, nos hará bien a todos".