“Quien es hijo de la Iglesia es una persona afable, tierna, sonriente, llena de amor”, dijo el Papa Francisco este lunes 1 de junio, memoria de la Virgen María, Madre de la Iglesia que se celebra desde 2018 cada lunes después de Pentecostés.
En su cuenta oficial de Twitter @Pontifex, el Santo Padre escribió que “una Iglesia que es madre camina por el camino de la ternura y de la compasión” y añadió que “quien es hijo de la Iglesia es una persona afable, tierna, sonriente, llena de amor”.
El 11 de febrero de 2018, el Vaticano estableció la memoria de la “Virgen María, Madre de la Iglesia” a través de un decreto de la Congregación para el Culto Divino que estableció que la Iglesia Católica celebre esta fecha cada año el lunes después de la Solemnidad de Pentecostés.
“El Sumo Pontífice Francisco, considerando atentamente que la promoción de esta devoción puede incrementar el sentido materno de la Iglesia en los pastores, en los religiosos y en los fieles, así como la genuina piedad mariana, ha establecido que la memoria de la bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, sea inscrita en el Calendario Romano el lunes después de Pentecostés y sea celebrada cada año”.
En el documento también se señala que “esta celebración nos ayudará a recordar que el crecimiento de la vida cristiana debe fundamentarse en el misterio de la Cruz, en la ofrenda de Cristo en el banquete eucarístico, y en la Virgen oferente, Madre del Redentor y de los redimidos”.
Por último, el decreto de entonces describió que en donde la celebración de la bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, ya se celebra en un día diverso con un grado litúrgico más elevado, según el derecho particular aprobado, puede seguir celebrándose en el futuro del mismo modo.
San Pablo VI, dirigiéndose a los padres del Concilio Vaticano II el 21 de noviembre de 1964, declaró que la Virgen María es “Mater Ecclesiae” (Madre de la Iglesia) y San Juan Pablo II colocó una imagen de esta advocación mariana en la Plaza de San Pedro que se puede apreciar a la derecha de la fachada de la basílica vaticana.
En la parte inferior del mosaico está el escudo pontificio de San Juan Pablo II con el lema de su pontificado: “Totus tuus” (Todo tuyo), que muestra la gran devoción mariana que el Papa polaco tuvo, y que confió su ministerio petrino en las manos de la Virgen María.
Una Iglesia que es madre camina por el camino de la ternura y de la compasión. Quien es hijo de la Iglesia es una persona afable, tierna, sonriente, llena de amor. #MariaMadredelaIglesia
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El 11 de febrero de 2018, el Vaticano estableció la memoria de la “Virgen María, Madre de la Iglesia” a través de un decreto de la Congregación para el Culto Divino que estableció que la Iglesia Católica celebre esta fecha cada año el lunes después de la Solemnidad de Pentecostés.
“El Sumo Pontífice Francisco, considerando atentamente que la promoción de esta devoción puede incrementar el sentido materno de la Iglesia en los pastores, en los religiosos y en los fieles, así como la genuina piedad mariana, ha establecido que la memoria de la bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, sea inscrita en el Calendario Romano el lunes después de Pentecostés y sea celebrada cada año”.
En el documento también se señala que “esta celebración nos ayudará a recordar que el crecimiento de la vida cristiana debe fundamentarse en el misterio de la Cruz, en la ofrenda de Cristo en el banquete eucarístico, y en la Virgen oferente, Madre del Redentor y de los redimidos”.
Por último, el decreto de entonces describió que en donde la celebración de la bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, ya se celebra en un día diverso con un grado litúrgico más elevado, según el derecho particular aprobado, puede seguir celebrándose en el futuro del mismo modo.
San Pablo VI, dirigiéndose a los padres del Concilio Vaticano II el 21 de noviembre de 1964, declaró que la Virgen María es “Mater Ecclesiae” (Madre de la Iglesia) y San Juan Pablo II colocó una imagen de esta advocación mariana en la Plaza de San Pedro que se puede apreciar a la derecha de la fachada de la basílica vaticana.
En la parte inferior del mosaico está el escudo pontificio de San Juan Pablo II con el lema de su pontificado: “Totus tuus” (Todo tuyo), que muestra la gran devoción mariana que el Papa polaco tuvo, y que confió su ministerio petrino en las manos de la Virgen María.