El Papa viaja a Babilonia (Iº Parte)


Cristianos y musulmanes expresan su entusiasmo por viaje del Papa a Irak
Comienza un viaje histórico: El Papa Francisco parte rumbo a Irak
Llanura de Ur: Una significativa visita del Papa a la patria de Abraham
El Papa Francisco llega a Irak y cumple el sueño de Juan Pablo II
El Papa afirma que visitar Irak “es un deber hacia esta tierra martirizada”
El Papa Francisco se reúne con el presidente de Irak
Discursos del Papa Francisco


Cristianos y musulmanes expresan su entusiasmo por viaje del Papa a Irak

Tanto los cristianos como los musulmanes iraquíes expresaron su entusiasmo por el próximo viaje del Papa Francisco a Irak, comentó esta semana un colaborador que realiza trabajo humanitario con sede en Erbil, capital del Kurdistán iraquí.

Davide Bernocchi, representante de Catholic Relief Services (CRS) para Irak, dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que “la gente está realmente esperanzada y agradecida por esta visita”, que se llevará a cabo del 5 al 8 de marzo.

“Este país ha estado en el centro de atención por malas noticias durante tantos años, lamentablemente, y ahora están realmente felices de ser el centro de atención del mundo durante unos días debido a este gran y positivo evento”, aseguró.

Además, dijo que “no son solo los cristianos”, sino “todo el pueblo iraquí el que está esperando esta visita”.

“Mi sensación es que, con la excepción de los pequeños restos de ISIS [Estado Islámico], todos los demás están realmente felices con esta visita”, dijo.

Grandes pancartas que representan al Papa Francisco junto a Ali al-Sistani, un clérigo chiíta influyente en Irak, han sido colocadas en Nayaf, uno de los lugares de peregrinación más sagrados del islam chiíta, después de La Meca y Medina.

Un hashtag en árabe relacionado con el viaje del Papa fue tendencia en los sitios de redes sociales en Irak el 3 de marzo. Usando el hashtag #أطلب_من_البابا (que significa “Pregúntale al Papa”), los iraquíes comentaron sobre la campaña del gobierno que busca embellecer las calles de las ciudades que visitará el Papa. Los comentarios buscan mejorar la infraestructura y servicios públicos.

“Le pido al Papa que viaje en automóvil por la carretera principal hacia el norte. Quizás también lo pavimenten”, escribió el ciudadano Hussein Habib, según un informe de AFP.

Actualmente 29 organizaciones de ayuda humanitaria operan en Irak, incluidas Islamic Relief Worldwide y Catholic Relief Services, las cuales firmaron una declaración conjunta el 2 de marzo dando la bienvenida a la visita del Papa Francisco al país.

“Como organizaciones religiosas, aceptamos plenamente este mensaje de fraternidad y diálogo que el Papa Francisco está trayendo a Irak”, dice la carta.

“Creemos firmemente que representa un camino necesario para sanar heridas pasadas y construir un futuro para las diversas comunidades del país. Trabajamos en colaboración con las autoridades nacionales y locales para ayudar a las comunidades a reconciliarse, reconstruir la paz y reclamar sus derechos colectivos a la seguridad, los servicios y los medios de vida”, dijo.

Hassan Amer, un joven musulmán que trabaja con el proyecto Shared Future de CRS dijo que “independientemente de su religión, las personas deben ser para las personas”. “Deben apoyar y defender a los demás. La visita del Papa subraya este mensaje para las comunidades iraquíes”, dijo.

La visita del Papa Francisco se produce cuando la situación de seguridad del país es inestable. El 3 de marzo, dos días antes del viaje del Papa, 10 cohetes impactaron en el aeropuerto militar de Ain al-Assad en el oeste de Irak, que alberga a las tropas de la coalición liderada por Estados Unidos, matando a un contratista estadounidense, según AFP.

En su declaración conjunta, los 29 grupos de ayuda destacaron los importantes desafíos que enfrenta Irak, incluida la gran necesidad de los 1.2 millones de desplazados internos y los 4.8 millones de repatriados del país.

“Irak es la cuna de la civilización humana y un hermoso país de rica diversidad cultural y religiosa. Durante siglos, muchas comunidades étnicas y religiosas convivieron en esta tierra”, escribieron las organizaciones en su declaración.

“Sin embargo –continuaron–, en las últimas décadas Irak ha sufrido la guerra, la inseguridad y la inestabilidad y, más recientemente, el surgimiento de ISIS. Tal secuencia de conflictos ha tensado profundamente las relaciones entre las comunidades y dañado el tejido social del país”.

“Mientras tanto, una crisis económica cada vez más grave, agravada por la pandemia de COVID-19, está empujando a muchos a la pobreza y privando al gobierno de los recursos necesarios para ayudar a su propia gente”, agregó.

Una forma en que CRS ha estado trabajando para ayudar a reconstruir comunidades devastadas es a través del programa Shared Future, financiado por USAID, que reúne a jóvenes de diferentes religiones para trabajar juntos en proyectos de reconstrucción.

“Creo que es un proyecto muy interesante porque básicamente lo que hacemos es, en coordinación con líderes religiosos locales de diferentes religiones, juntamos a los jóvenes y les dejamos analizar los problemas comunes y encontrar soluciones y luego apoyamos la implementación de esos soluciones financieras, técnicas, etc.”, dijo Bernocchi.

“Y estas son iniciativas conjuntas que son realmente útiles para reconectar a personas de diferentes comunidades, porque sabes que el problema es que ISIS tenía este proyecto infernal para destruir la diversidad, y la diversidad es el tejido social de este país”.

Se estima que la tasa de desempleo de los jóvenes en Irak es del 36%, según un informe publicado por Atlantic Council en febrero.

Los bajos precios del petróleo, el despilfarro y la corrupción del gobierno y una mala situación de seguridad dificultan aún más el potencial de crecimiento económico del país.

Aproximadamente el 60% de la población iraquí tiene menos de 25 años. Según el informe, “muchos de estos jóvenes iraquíes están desempleados, o al menos poco comprometidos, lo que significa que a menudo están empobrecidos, aburridos y resentidos. Muchos han quedado traumatizados por una guerra casi constante”.

El informe decía: “Los años de conflicto han reducido significativamente las oportunidades educativas, haciendo que muchos iraquíes sean desempleados incluso en los oficios, debido a su falta de habilidades. Es probable que no haya suficientes iraquíes calificados para asumir trabajos técnicos, en caso de que aumente la necesidad de estos trabajos”.

Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) anunció el 3 de marzo que financiará con 1.5 millones de euros (alrededor de 1.8 millones de dólares) las becas universitarias para 150 estudiantes en la Universidad Católica de Erbil, que tiene estudiantes cristianos, musulmanes y yazidíes.

“Esta ayuda de becas no solo beneficiará a un cierto número de jóvenes que esperan un futuro mejor, sino que es un fuerte signo de solidaridad hacia los cristianos y todas las demás minorías de la región”, dijo a ACN Mons. Bashar Warda, Arzobispo caldeo de Erbil.

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.


Comienza un viaje histórico: El Papa Francisco parte rumbo a Irak
 
El Papa Francisco se encuentra ya camino de Irak para emprender el 33º Viaje Apostólico de su Pontificado. El avión, un A330 operado por Alitalia, que traslada al Santo Padre y a la comitiva Pontificia despegó del aeropuerto de Roma-Fiumicino a las 07:45 (hora local).

El vuelo AZ4000 tiene como destino la capital iraquí, Bagdad, donde se espera que aterrice a las 02:00 p.m. (hora local de Irak) después de 4 horas y 30 minutos de vuelo y de recorrer 2.947 kilómetros. En el trayecto, el avión sobrevolará Grecia, Chipre, Israel y Jordania.

Se trata del primer viaje del Papa desde el inicio de la pandemia de coronavirus ya que, por motivos sanitarios, el Vaticano decidió suspender todos los viajes internacionales del Pontífice. El último viaje apostólico del Santo Padre fue a Tailandia y a Japón, del 19 al 26 de noviembre de 2019.

Al despegar, el Papa envió un telegrama al presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, en el que señala que “en el momento en que dejo Roma para dirigirme a Irak como peregrino de paz y de fraternidad entre los pueblos, le dirijo a usted, señor presidente, mi deferente saludo, que acompaño con fervientes deseos de serenidad y prosperidad para el querido pueblo italiano”.

Como es costumbre, el Pontífice se trasladó ayer, jueves 4 de marzo, desde su residencia en la Casa Santa Marta a la Basílica de Santa María la Mayor para encomendar a la Salus Populi Romani (Protectora del pueblo romano) este viaje.

El Obispo de Roma se quedará en Irak hasta el próximo lunes 8 de marzo. A lo largo de estos días visitará la capital, Bagdad; la patria de Abraham, Ur; las ciudades “mártires” de Qaraqosh y Mosul, marcadas por la violencia del Estado Islámico; y la capital del Kurdistán iraquí, Erbil.

En el programa del viaje está previsto un encuentro con las autoridades políticas y religiosas del país. Entre los momentos más esperados está el encuentro con obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y catequistas el viernes 5 de marzo en la catedral siro-católica de “Nuestra Señora de la Salvación”.

También hay una especial expectativa en el encuentro del sábado 6 de marzo con el Gran ayatollá Sayyid Ali Husaini Sistani, máxima autoridad de los musulmanes chiíes, en Nayaf. Ese mismo día, en la ciudad de Ur, patria de Abraham, el Papa participará en un encuentro interreligioso.

Pero los momentos más esperados de este viaje serán los encuentros con los cristianos locales. El domingo 7 de marzo se encontrará en la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Qaraqosh con los fieles de la llanura de Nínive.

Ese mismo día se trasladará también a Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, donde celebrará la Santa Misa en el estadio “Franso Hariri”.

Este jueves 4 de marzo, la Santa Sede difundió también un mensaje de video del Papa en el que señaló que acude a Irak como peregrino penitente, de paz y de esperanza y agradeció el testimonio de los cristianos de esta “Iglesia mártir”.

“Voy como peregrino, como peregrino penitente para implorar al Señor el perdón y la reconciliación después de años de guerra y terrorismo, para pedirle a Dios el consuelo de los corazones y la curación de las heridas”, afirmó el Pontífice.


Llanura de Ur: Una significativa visita del Papa a la patria de Abraham

Durante su viaje apostólico a Irak, el Papa Francisco realizará una visita a la llanura de Ur, un lugar significativo para la fe al ser el hogar de Abraham y donde él habló con Dios por primera vez.

Del 5 al 8 de marzo el Papa Francisco realizará una visita apostólica a Irak, un país de mayoría musulmana en la que los católicos representan solo el 1,5% de una población de 38,8 millones de personas, de acuerdo al Vaticano, y que hace unos años sufrieron la persecución del grupo terrorista Estado Islámico.

Durante el segundo día de su visita apostólica, el Santo Padre tendrá un encuentro interreligioso en Ur de los Caldeos, una antigua ciudad de la baja Mesopotamia, a 300 kilómetros al sur de la capital de Irak, Bagdad.

La ciudad de Ur es mencionada en la Biblia, especialmente en el Génesis, donde se indica que “Téraj tomó a su hijo Abram, a su nieto Lot, el hijo de Harán, y a su nuera Saray, la mujer de su hijo Abram, y salieron juntos de Ur de los caldeos, para dirigirse a Canaán”.

San Juan Pablo II ya había expresado su deseo de visitar esta llanura el 29 de junio de 1999 en su “Carta sobre la peregrinación a los lugares vinculados a la historia de la salvación”, donde indica que tenía la esperanza de poder visitar Ur en el año 2000.

Sin embargo, por las guerras que en ese momento golpearon el país, fue imposible para el santo realizar el ansiado viaje.

Por ello, Mons. Francis Kalabat, el obispo caldeo que sirve a esta comunidad en Estados Unidos, indicó a ACI Prensa que la visita del Papa Francisco a Ur es significativa.

“Ser el primer Papa en la historia en visitar Irak y específicamente Ur es significativo. Es en el espíritu de Fratelli tutti que el Papa visita Irak y, por lo tanto, el logotipo oficial tiene las palabras ‘Todos ustedes son hermanos’”, señaló.

Mons. Kalabat, Obispo de la Eparquía de Santo Tomás el Apóstol en Detroit, indicó que el origen del cristianismo en el actual Irak tiene “sus raíces en el apóstol Santo Tomás”.

“De camino a la India, Santo Tomás dejó atrás a los santos Addai, Aggai y Mari. Los registros documentados revelan que, a fines del siglo II, la Iglesia era una entidad organizada con catedrales construidas y una jerarquía en su lugar”, señaló.

El Prelado indicó que actualmente Ur “está desprovisto de cristianos en su mayor parte”, pero es un lugar importante por ser “el hogar de nuestro padre en la fe Abraham”.

“Siempre se reveló como el lugar de la semilla de la fe”, subrayó.

Finalmente, Mons. Kalabat dijo que el impacto del viaje apostólico del Papa a Irak será “una mayor comprensión de la hermandad” en el país y una oportunidad para “unir a todos bajo una misma humanidad”.

Las comunidades cristianas iraquíes están marcadas por la persecución, la discriminación y el martirio, lo que ha forzado a numerosas familias al desplazamiento interno y al exilio, un fenómeno que se intensificó tras la caída de Sadam Hussein en 2003 y la ofensiva del terrorista Estado Islámico (ISIS) en 2014.

Tras la ocupación de la llanura de Nínive por parte del ISIS, más de 100 mil cristianos abandonaron sus hogares. Esta región, cuna del cristianismo iraquí, quedó casi sin cristianos. Los que no lograron huir debieron sufrir el régimen del Estado Islámico. Muchos lugares cristianos e iglesias fueron destruidos, y las casas cristianas ocupadas.

Con la caída del ISIS en 2017, los cristianos han iniciado un paulatino retorno.


El Papa Francisco llega a Irak y cumple el sueño de Juan Pablo II

El Papa Francisco ya se encuentra en Bagdad, la capital de Irak, para iniciar su primer viaje apostólico internacional desde el inicio de la pandemia de coronavirus COVID-19.

El avión que traslada al Santo Padre, junto al séquito papal y periodistas, despegó el 5 de marzo a las 07:40 (hora de Roma) desde el Aeropuerto Fiumicino de la capital italiana, y aterrizó a las 1:57 p.m. (hora local) en el aeropuerto internacional de Bagdad.

El vuelo de la compañía aérea Alitalia duró 4 horas y 45 minutos y recorrió 2.947 kilómetros. En el trayecto, el avión sobrevoló Grecia, Chipre, Israel y Jordania.


Créditos: Vatican Media

Al igual que los demás miembros de la comitiva, el Santo Padre bajó del avión usando una mascarilla, siguiendo las medidas para evitar contagios de COVID-19. Fue recibido por la guardia oficial y un grupo de personas vestidos con ropas tradicionales, que cantaron algunas palabras en español como "Viva el Papa" y "Bienvenido".

Tras los saludos protocolarios, el vice primer ministro de Irak, Mustafa Abdellatif Mshatat, acompañó al Santo Padre a la sala VIP del aeropuerto, para mantener un encuentro privado.


Créditos: Vatican Media

Al finalizar, el Pontífice se dirigirá al Palacio Presidencial de Bagdad, donde realizará una visita al presidente de la República de Irak, Barham Ahmed Salih Qassim y tendrá un encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático.

Luego, el Papa tendrá un encuentro con los Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y catequistas en la catedral siro-católica de “Nuestra Señora de la Salvación” en Bagdad.


El Santo Padre permanecerá en el país de Medio Oriente hasta el 8 de marzo, donde visitará la capital, Bagdad; la patria de Abraham, Ur; las ciudades “mártir” de Qaraqosh y Mosul, marcadas por la violencia de Estado Islámico; y la capital del Kurdistán iraquí, Erbil.

La visita del Papa Francisco marca un acontecimiento importante al ser el primer Papa que llega a Irak, donde la comunidad cristiana ha sido golpeada por la persecución, la discriminación y el martirio.

Según los datos difundidos por la Sala de Prensa del Vaticano, entre 2003 y 2015 murieron asesinados 1.200 cristianos, y 62 iglesias fueron dañadas o destruidas por la ofensiva del Estado Islámico.

Actualmente, el país tiene una población de 38 millones 836 mil habitantes, la mayoría musulmanes (sunitas y chiítas). Los cristianos representan una minoría, articulados en comunidades caldeas, siríacas, armenias, latinas, melquitas, ortodoxas y protestantes. Los católicos son 590 mil fieles, según datos de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia.

El Papa afirma que visitar Irak “es un deber hacia esta tierra martirizada”


Durante el vuelo que lo llevó de Roma a Bagdad, el Papa Francisco destacó la visita que inicia este viernes 5 de marzo a Irak y señaló que se trata de un “deber hacia esta tierra martirizada”.

El Santo Padre dio unas breves palabras a los periodistas que lo acompañan en este nuevo viaje internacional, el primero desde el inicio de la pandemia del coronavirus. La última visita apostólica fuera de Italia fue a Tailandia y Japón en noviembre de 2019.


“Estoy contento de retomar los viajes”, dijo el Papa a los periodistas, e indicó que “este viaje es emblemático, es un deber hacia esta tierra martirizada durante tantos años”.

Francisco, que visita Irak con el lema “Todos ustedes son hermanos”, tendrá este viernes un encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas en la Catedral de Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad, templo que fue blanco de una ataque terrorista el 31 de octubre de 2010.

Ese día los terroristas musulmanes asesinaron a 46 laicos y dos sacerdotes. Además hubo unos 70 heridos.

El domingo el Papa visitará a los cristianos de Qaraqosh y Mosul, dos ciudades de la llanura del Nínive que entre 2014 y 2017 estuvieron bajo el control del Estado Islámico, grupo terrorista que se ensañó con las comunidades cristianas, provocando la huida de cientos de miles hacia el Kurdistán iraquí.


El Papa Francisco se reúne con el presidente de Irak


Previo a su encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático, el Papa Francisco se reunió de forma privada con el presidente de Irak, Barham Ahmed Salih Qassim, en el marco de su viaje apostólico al país.

El encuentro tuvo lugar en el estudio privado del Palacio Presidencial de Bagdad, donde el Santo Padre obsequió al mandatario una medalla conmemorativa del viaje, en la que se ve el mapa de Irak, la figura de Abraham y una palmera, “símbolo de prosperidad y riqueza material y espiritual”, según indicó la Santa Sede.

El Papa Francisco llegó a Irak el 5 de marzo, donde fue recibido por la guardia oficial y un grupo de personas vestidas con ropas tradicionales, que cantaron algunas palabras en español como “Viva el Papa” y “Bienvenido”.

Antes de encontrarse con el presidente, el Santo Padre se reunió con el vice primer ministro de Irak, Mustafa Abdellatif Mshatat, en la sala VIP del aeropuerto.

En su cuenta de twitter, el vice primer ministro señaló que el pueblo y el gobierno iraquí espera la visita del Papa Francisco y resaltó que “Mesopotamia siempre fue y seguirá siendo un lugar histórico de encuentro de valores humanos comunes”.

“Bienvenido Papa Francisco a la tierra de Sumeria, Babilonia, Asiria, la tierra de los profetas y las civilizaciones”, agregó.

En el Palacio Presidencial de Bagdad también se realizó la ceremonia oficial de bienvenida. Durante el evento, se liberaron palomas blancas y dos niños con trajes tradicionales entregaron ramos de flores al Santo Padre.El Santo Padre permanecerá en el país de Medio Oriente hasta el 8 de marzo, donde visitará la capital, Bagdad; la patria de Abraham, Ur; las ciudades “mártires” de Qaraqosh y Mosul, marcadas por la violencia de Estado Islámico; y la capital del Kurdistán iraquí, Erbil.

Actualmente, Irak tiene una población de 38 millones 836 mil habitantes, la mayoría musulmanes (sunitas y chiítas). Los cristianos representan una minoría, articulados en comunidades caldeas, siríacas, armenias, latinas, melquitas, ortodoxas y protestantes. Los católicos son 590 mil fieles, según datos de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia.


Discursos del Papa Francisco



Este viernes 5 de marzo, en el primer día de su histórica visita a Irak, el Papa Francisco tuvo un encuentro con las autoridades y sociedad civil en el que solicitó la protección y reconocimiento de los derechos de todas las comunidades religiosas, y recordó la presencia milenaria de los cristianos en esta tierra.

A continuación el discurso completo del Papa Francisco:

Señor Presidente,
Miembros del Gobierno y del Cuerpo diplomático,
distinguidas Autoridades,
Representantes de la sociedad civil,
Señoras y Señores:

Agradezco la oportunidad de realizar esta Visita Apostólica, tan esperada y deseada, a la República de Irak; de poder venir a esta tierra, cuna de la civilización que está estrechamente ligada —por medio del Patriarca Abrahán y numerosos profetas— a la historia de la salvación y a las grandes tradiciones religiosas del judaísmo, del cristianismo y del islam. Expreso mi gratitud al señor Presidente Salih por la invitación y por las amables palabras de bienvenida, que me ha dirigido también en nombre de las otras Autoridades y de su amado pueblo. Asimismo, saludo a los miembros del Cuerpo diplomático y a los Representantes de la sociedad civil.

Saludo con afecto a los obispos y sacerdotes, a los religiosos y religiosas y a todos los fieles de la Iglesia católica. Vengo como peregrino para animarlos en su testimonio de fe, esperanza y caridad en medio de la sociedad iraquí. Saludo también a los fieles de las otras Iglesias y Comunidades eclesiales cristianas, a los miembros del islam y a los representantes de otras tradiciones religiosas. Que Dios nos conceda caminar juntos, como hermanos y hermanas, con la «fuerte convicción de que las enseñanzas verdaderas de las religiones invitan a permanecer anclados en los valores de la paz; […] del conocimiento recíproco, de la fraternidad humana y de la convivencia común» (Documento sobre la fraternidad humana, Abu Dabi, 4 febrero 2019).

Mi visita se lleva a cabo en un tiempo en que el mundo entero está tratando de salir de la crisis por la pandemia de Covid-19, que no sólo ha afectado la salud de tantas personas, sino que también ha provocado el deterioro de las condiciones sociales y económicas, marcadas ya por la fragilidad y la inestabilidad. Esta crisis requiere esfuerzos comunes por parte de cada uno para dar los pasos necesarios, entre ellos una distribución equitativa de las vacunas para todos. Pero no es suficiente; esta crisis es sobre todo una llamada a «repensar nuestros estilos de vida […], el sentido de nuestra existencia» (Carta enc. Fratelli tutti, 33). Se trata de que salgamos de este tiempo de prueba mejores que antes; de que construyamos el futuro en base a lo que nos une, más que en lo que nos divide.

En las últimas décadas, Irak ha sufrido los desastres de las guerras, el flagelo del terrorismo y conflictos sectarios basados a menudo en un fundamentalismo que no puede aceptar la pacífica convivencia de varios grupos étnicos y religiosos, de ideas y culturas diversas. Todo esto ha traído muerte, destrucción, ruinas todavía visibles, y no sólo a nivel material: los daños son aún más profundos si se piensa en las heridas del corazón de muchas personas y comunidades, que necesitarán años para sanar. Y aquí, entre tantos que han sufrido, no puedo dejar de recordar a los yazidíes, víctimas inocentes de una barbarie insensata y deshumana, perseguidos y asesinados a causa de sus creencias religiosas, cuya propia identidad y supervivencia se han puesto en peligro. Por lo tanto, sólo si logramos mirarnos entre nosotros, con nuestras diferencias, como miembros de la misma familia humana, podremos comenzar un proceso efectivo de reconstrucción y dejar a las generaciones futuras un mundo mejor, más justo y más humano. A este respecto, la diversidad religiosa, cultural y étnica que ha caracterizado a la sociedad iraquí por milenios, es un recurso valioso para aprovechar, no un obstáculo a eliminar. Hoy, Irak está llamado a mostrar a todos, especialmente en Oriente Medio, que las diferencias, más que dar lugar a conflictos, deben cooperar armónicamente en la vida civil.

La coexistencia fraterna necesita del diálogo paciente y sincero, salvaguardado por la justicia y el respeto del derecho. No es una tarea fácil: requiere esfuerzo y compromiso por parte de todos para superar rivalidades y contraposiciones, y dialogar a partir de la identidad más profunda que tenemos, la de hijos del único Dios y Creador (cf. CONC. ECUM. VAT. II, Dec. Nostra aetate, 5). En base a este principio, la Santa Sede, en Irak como en todas partes, no se cansa de acudir a las Autoridades competentes para que concedan a todas las comunidades religiosas reconocimiento, respeto, derechos y protección. Aprecio los esfuerzos que ya se han realizado en esta dirección y uno mi voz a la de los hombres y mujeres de buena voluntad para que avancen en beneficio del país.

Una sociedad que lleva la impronta de la unidad fraterna es una sociedad cuyos miembros viven entre ellos solidariamente. «La solidaridad nos ayuda a ver al otro […] como nuestro prójimo, compañero de camino» (Mensaje para la 54.ª Jornada Mundial de la Paz, 1 enero 2021). Es una virtud que nos lleva a realizar gestos concretos de cuidado y de servicio, con particular atención a los más vulnerables y necesitados. Pienso en quienes, a causa de la violencia, de la persecución y del terrorismo han perdido familiares y seres queridos, casa y bienes esenciales. Pero también pienso en toda la gente que lucha cada día buscando seguridad y medios para seguir adelante, mientras que aumenta la desocupación y la pobreza. El «sabernos responsables de la fragilidad de los demás» (Carta enc. Fratelli tutti, 115) debería inspirar todo esfuerzo por crear oportunidades concretas tanto en el ámbito económico y en el ámbito de la educación, como también en el cuidado de la creación, nuestra casa común. Después de una crisis no basta reconstruir, es necesario hacerlo bien, de modo que todos puedan tener una vida digna. De una crisis no se sale iguales que antes: se sale mejores o peores.

Como responsables políticos y diplomáticos, ustedes están llamados a promover este espíritu de solidaridad fraterna. Es necesario combatir la plaga de la corrupción, los abusos de poder y la ilegalidad, pero no es suficiente. Se necesita al mismo tiempo edificar la justicia, que crezca la honestidad y la transparencia, y que se refuercen las instituciones competentes. De ese modo puede crecer la estabilidad y desarrollarse una política sana, capaz de ofrecer a todos, especialmente a los jóvenes —tan numerosos en este país—, la esperanza de un futuro mejor.

Señor Presidente, distinguidas Autoridades, queridos amigos: Vengo como penitente que pide perdón al Cielo y a los hermanos por tantas destrucciones y crueldad. Vengo como peregrino de paz, en nombre de Cristo, Príncipe de la Paz. ¡Cuánto hemos rezado en estos años por la paz en Irak! San Juan Pablo II no escatimó iniciativas, y sobre todo ofreció oraciones y sufrimientos por esto. Y Dios escucha, escucha siempre. Depende de nosotros que lo escuchemos a Él y caminemos por sus sendas. Que callen las armas, que se evite su proliferación, aquí y en todas partes. Que cesen los intereses particulares, esos intereses externos que son indiferentes a la población local. Que se dé voz a los constructores, a los artesanos de la paz, a los pequeños, a los pobres, a la gente sencilla, que quiere vivir, trabajar y rezar en paz. No más violencia, extremismos, facciones, intolerancias; que se dé espacio a todos los ciudadanos que quieren construir juntos este país, desde el diálogo, desde la discusión franca y sincera, constructiva; a quienes se comprometen por la reconciliación y están dispuestos a dejar de lado, por el bien común, los propios intereses. En estos años, Irak ha tratado de poner las bases para una sociedad democrática. A este respecto, es indispensable asegurar la participación de todos los grupos políticos, sociales y religiosos, y garantizar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos. Que ninguno sea considerado ciudadano de segunda clase. Aliento los pasos que se han dado hasta el momento en este proceso y espero que consoliden la serenidad y la concordia.

También la comunidad internacional tiene un rol decisivo que desempeñar en la promoción de la paz en esta tierra y en todo el Oriente Medio. Como hemos visto durante el largo conflicto en la vecina nación de Siria —de cuyo inicio se cumplen en estos días ya diez años—, los desafíos interpelan cada vez más a toda la familia humana. Estos requieren una cooperación a escala global para poder afrontar también las desigualdades económicas y las tensiones regionales que ponen en peligro la estabilidad de estas tierras. Agradezco a los Estados y a las Organizaciones internacionales que están trabajando en Irak por la reconstrucción y para brindar asistencia a los refugiados, a los desplazados internos y a quienes tienen dificultades para regresar a sus propias casas, facilitando en el país comida, agua, viviendas, atención médica y de salud, como también programas orientados a la reconciliación y a la construcción de la paz. Y aquí no puedo dejar de recordar los numerosos organismos, entre ellos muchos católicos, que desde hace años asisten con gran esfuerzo a las poblaciones civiles. Atender las necesidades básicas de tantos hermanos y hermanas es un acto de caridad y justicia, y contribuye a una paz duradera. Espero que las naciones no retiren del pueblo iraquí la mano extendida de la amistad y del compromiso constructivo, sino que sigan trabajando con espíritu de responsabilidad común con las Autoridades locales, sin imponer intereses políticos o ideológicos.

La religión, por su naturaleza, debe estar al servicio de la paz y la fraternidad. El nombre de Dios no puede ser usado para «justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión» (Documento sobre la fraternidad humana, Abu Dabi, 4 febrero 2019). Al contrario, Dios ha creado a los seres humanos iguales en dignidad y en derechos, nos llama a difundir amor, bondad y concordia. También en Irak la Iglesia católica desea ser amiga de todos y, a través del diálogo, colaborar de manera constructiva con las otras religiones, por la causa de la paz. La antiquísima presencia de los cristianos en esta tierra y su contribución a la vida del país constituyen una rica herencia, que quiere poder seguir al servicio de todos. Su participación en la vida pública, como ciudadanos que gozan plenamente de derechos, libertad y responsabilidad, testimoniará que un sano pluralismo religioso, étnico y cultural puede contribuir a la prosperidad y a la armonía del país.

Queridos amigos: Deseo expresar una vez más mi profunda gratitud por todo lo que han hecho y siguen haciendo para edificar una sociedad orientada hacia la unidad fraterna, la solidaridad y la concordia. Vuestro servicio al bien común es una obra noble. Pido al Omnipotente que los sostenga en sus responsabilidades y los guíe a todos en el camino de la sabiduría, la justicia y la verdad. Sobre cada uno de ustedes, sus familias y seres queridos, y sobre todo el pueblo iraquí invoco la abundancia de las bendiciones divinas. Gracias.

A obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas de Irak
 



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