VATICANO, 26 May. 17 / 10:30 am (ACI).- En una audiencia con los participantes del Capítulo General de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, congregación fundada por San Luis Orione (Don Orione) en 1915 con el carisma de ejercer la caridad hacia los más pobres, el Papa Francisco explicó las características que debe tener un misionero.
Al misionero se le pide ser una persona audaz y creativa, libre, sin las cadenas de la mundanidad, que tenga una espiritualidad fundamentada en Cristo y que sea un profeta de la Misericordia, aseguró el Papa Francisco.
1.- Audaces y creativos
En su discurso, que pronunció en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, el Pontífice recordó que “en la Iglesia, la misión nace del encuentro con Cristo. El enviado del Padre nos envía ahora a nosotros. Es Él quien nos llama y nos manda. El centro de la misión de la Iglesia es Jesús”.
“Al misionero se le pide ser una persona audaz y creativa”, indicó. “No vale el cómodo criterio del ‘se ha hecho siempre así’. No vale. Replanteaos los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos de vuestra misión”.
El Santo Padre recordó que “estamos viviendo un tiempo en el cual es necesario repensar todo a la luz de aquello que nos pide el Espíritu. Esto exige una mirada especial sobre los destinatarios de la misión, sobre la realidad misma: la mirada de Jesús, que es la mirada del Buen Pastor”.
Esta mirada, dijo el Papa, “no juzga, sino que escruta la presencia del Señor en la historia; una mirada que acerca para contemplar, conmoverse y permanecer con todo el que sea necesario; un mirada profunda, de fe; una mirada respetuosa y llena de compasión, que protege, libera y conforta”.
“Esa mirada especial os dará valentía y creatividad, y os ayudará a ser permanecer siempre a la búsqueda de nuevos caminos para hacer llegar a todos la Buena Noticia que es Cristo”.
2.- Libres
Al misionero “también se le pide que sea una persona libre, que viva sin nada propio. No me canso de repetir que la comodidad, la pereza y la mundanidad son fuerzas que impiden al misionero ‘salir’, ponerse en camino y, en definitiva, de compartir el regalo del Evangelio”.
3.- Sin las cadenas de la mundanidad
“El misionero no puede ponerse en camino con el corazón lleno de cosas (comodidad), con el corazón vacío (pereza) o en búsqueda de cosas ajenas a la gloria de Dios (mundanidad). El misionero es una persona libre de todos esos pesos y cadenas”.
El misionero es “una persona que vive en un camino constante de conversión personal y que trabaja sin cansancio hacia la conversión pastoral”.
4.- Espiritualidad fundamentada en Cristo
Por otro lado, explicó Francisco, “al misionero se le pide que sea una persona en la que habite el Espíritu Santo. Es el Espíritu el que recuerda a los discípulos todo aquello que Jesús dijo, el que les enseña, el que les da testimonio de Jesús y el que les conduce a dar en toda ocasión testimonio. Aquello que se le pide al misionero es que sea una persona dócil al Espíritu”.
“Al misionero –continuó– se le pide que tenga una espiritualidad fundada en Cristo, en la Palabra de Dios en la liturgia”.
5.- Profetas de la misericordia
Por último, “al misionero se le pide que sea profeta de la misericordia”.
Francisco agradeció a las hermanas, “en nombre de la Iglesia, y de tantos pobres, en especial las mujeres y los niños, y de tantos enfermos físicos y psíquicos a los que asistís, por vuestro trabajo apostólico”.
En este sentido, Francisco destacó la impronta misionera del trabajo realizado por las integrantes de esta congregación: “Hermanas, sois misioneras sin fronteras”. “A todos, pero de forma especial a los pobres, en los cuales estáis llamadas a reconocer la carne de Cristo, lleváis la alegría del Evangelio que es el mismo Jesús”.
“La misión al servicio de los pobres os ponen ‘en salida’ y os ayuda a superar los riesgos de la autorreferencialidad, del limitarse a sobrevivir y de la rigidez autodefensiva”. Para ello, explicó Francisco, “es fundamental cultivar la comunión con el Señor”.
“Como discípulas suyas, estáis llamadas a ser mujeres que trabajen asiduamente por trascenderse, proyectándose hacia el Maestro y con la cultura en la que vivís”; y “como profetas de la misericordia anunciáis el perdón y el abrazo del Padre, fuente de alegría, de serenidad y de paz”, concluyó.
El Capítulo General de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad se encuentra reunido en Roma desde el 1 hasta el 30 de mayor con el tema “¡Entregarse todas a Dios para ser una con el prójimo! PSMC: discípulas misioneras, testimonios gloriosos de la Caridad en las periferias del mundo”.