La política necesita de laicos testigos del Evangelio, señala el Papa
El Papa Francisco afirmó que en estos tiempos de complejidad en la vida política se necesita de laicos como el Venerable Giorgio La Pira, alcalde italiano que “fue un entusiasta testimonio del Evangelio” cuyas actitudes “eran siempre inspiradas por una óptica cristiana”.
“En momentos en los cuales la complejidad de la vida política italiana e internacional necesitad e fieles laicos y de estadistas de alto espesor humano y cristiano para el servicio del bien común, es importante redescubrir a Giorgio La Pira, figura ejemplar para la Iglesia y para el mundo contemporáneo”.
“Él fue un entusiasta testimonio del Evangelio y un profeta de los tiempos modernos: sus actitudes eran siempre inspiradas por una óptica cristiana”, afirmó durante la audiencia que concedió a los miembros de la Fundación Giorgio La Pira.
En su discurso tambié indicó que el ejemplo del venerable “es inapreciable” para que los que trabajan en el sector público tengan capacidad de alertar de aquellas situaciones negativas que San Juan Pablo II llamaba “estructuras de pecado”.
Esas estructuras consisten en “la suma de factores que actúan en dirección opuesta a la realización del bien común y del respeto por la dignidad de la persona”.
“Se cede a esas tentaciones cuando, por ejemplo, se busca exclusivamente el beneficio personal o de un grupo en lugar del interés de todos; cuando el clientelismo prevalece sobre la justicia; cuando el apego excesivo al poder bloquea de hecho el recambio generacional y el acceso a los jóvenes”, explicó el Pontífice.
Frente a ello, “os exhorto, pues, a resaltar las virtudes humanas y cristianas que forman parte del patrimonio ideal y también espiritual del Venerable Giorgio La Pira”.
“Así podréis, en los territorios en los que vivís, ser operadores de paz, artífices de justicia, testigos de solidaridad y caridad; ser levadura de valores evangélicos en la sociedad, especialmente en el ámbito de la cultura y de la política; podréis renovar el entusiasmo de entregaros a los demás, dándoles alegría y esperanza”.
La Pira nació el 9 de enero de 1904 y falleció el 5 de noviembre de 1977 en Florencia. Durante 15 años fue alcalde de esta histórica ciudad italiana.
Durante su trayectoria se destacó por el servicio público en favor del bien común y por una profunda religiosidad. Además de participar en la redacción de la Constitución italiana como miembro de la Asamblea Constituyente en 1946, tuvo un papel relevante en el fin de la guerra de Vietnam mediante una entrevista que mantuvo con el líder norvietnamita Ho Chi Minh.
Asimismo, destacó por su rechazo al aborto. En un artículo afirmó que “el aborto no es un acto que libera a la mujer, es más, la relega para siempre, en un cierto sentido, a una esclavitud interior: ninguna ‘intervención humana’ puede liberarla”.
Francisco dijo que la actividad de La Pira “como profesor universitario fue variada y multiforme, especialmente en Florencia, pero también en Siena y Pisa. Junto a ella dio vida a varias obras de caridad, como la ‘Misa del Pobre’ en San Procolo y la Conferencia de San Vicente ‘Beato Angélico’. Desde 1936 vivió en el convento de San Marco, donde estudió la patrística, ocupándose también la publicación de la revista Principi, en la que no faltaban las críticas al fascismo”.
“Buscado por la policía de ese régimen, se refugió en el Vaticano, donde durante un período permaneció en la casa del Sustituto Mons. Montini, que lo estimaba mucho. En 1946 fue elegido en la Asamblea Constituyente, donde contribuyó a la redacción de la Constitución de la República Italiana”.
El Pontífice continuó: “Su misión al servicio del bien común encontró su cumbre en el período en que fue alcalde de Florencia en los años cincuenta. La Pira tomó una línea política abierta a las necesidades del catolicismo social y siempre al lado de los últimos y de los sectores más frágiles de la población”.
También “emprendió un importante programa para promover la paz social e internacional, con la organización de conferencias internacionales "por la paz y la civilización cristiana" y con fuertes llamamientos contra la guerra nuclear. Por el mismo motivo hizo un viaje histórico a Moscú en agosto de 1959. Su compromiso político-diplomático se hacía cada vez más incisivo: en 1965 convocó un simposio por la paz en Vietnam en Florencia, y yendo luego personalmente a Hanói donde se encontró con Ho Chi Min y Phan Van Dong”.
Francisco animó a los presentes a mantener “vivo y difundáis el patrimonio de acción eclesial y social del Venerable Giorgio La Pira; en particular, su testimonio integral de fe, el amor por los pobres y marginados, el trabajo por la paz, la puesta en práctica del mensaje social de la Iglesia y la gran fidelidad a las enseñanzas católicas”.
“Todos estos son elementos que constituyen un mensaje válido para la Iglesia y la sociedad actual, respaldados por la ejemplaridad de sus gestos y de sus palabras”.
El pasado 5 de julio, el Papa Francisco firmó el decreto por el que se reconocen sus virtudes heroicas, un importante paso en su proceso de beatificación.
El Papa insiste en la importancia del discernimiento para seminaristas y futuros esposos
El Papa Francisco subrayó la importancia del acompañamiento en el discernimiento vocacional tanto en la vocación sacerdotal como al matrimonio.
En este sentido, lamentó que muchos de los problemas que surgen a los sacerdotes a lo largo de su ministerio, y de los matrimonios a lo largo de su vida conyugal, se deben a una falta de discernimiento en las etapas de formación.
Durante una audiencia que concedió en el Vaticano este sábado 24 de noviembre a seminaristas de la Diócesis italiana de Agrigento, el Santo Padre realizó un breve balance del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes que se celebró el pasado mes de octubre.
El Santo Padre reflexionó sobre el icono bíblico de los discípulos de Emaús “que guio todo el trabajo del último Sínodo y puede continuar inspirando vuestro camino”, dijo a los seminaristas.
“Precisamente ‘camino’ es la primera palabra clave: Jesús Resucitado nos encuentra en el camino, aquella realidad en la cual cada uno de nosotros está llamado a vivir y que es el recorrido interior, la vía de la fe y de la esperanza, que conoce momentos de luces y momentos de oscuridad”.
El Papa explicó que en ese camino “el Señor nos encuentra, nos escucha y nos habla”. La segunda palabra clave a la que hizo referencia es “escucha”. “Nuestro Dios es Palabra, y al mismo tiempo es silencio que escucha”.
“Jesús es la Palabra que se ha hecho escucha, acogida de nuestra condición humana. Cuando aparece junto a los dos discípulos camino con ellos escuchándolos, y también estimulándoles a sacar fuera lo que llevan dentro: sus esperanzas, sus decepciones”.
Aplicado a la vida del seminarista, señaló que, este modo de actual del Señor “significa que en primer lugar está el diálogo con el Señor hecho de escucha recíproca: Él escucha y yo lo escucho a Él”.
“Esta escucha del corazón en la oración nos educa a ser personas capaces de escuchar a los demás, a convertirnos en sacerdotes que ofreces el servicio de la escucha, y nos educa a ser cada vez más ‘Iglesia en escucha’, comunidad que sabe escuchar”.
Por último, la tercera palabra clave: discernimiento. Subrayó que “el seminario es el lugar y el tiempo para el discernimiento. Esto requiere un acompañamiento, como hace Jesús con los dos discípulos de Emaús y con todos los discípulos, en particular con los Doce”.
Jesús “los acompaña con paciencia y con sabiduría, los educa a seguirlo en la verdad, desenmascarando las falsas actitudes que llevan en el corazón. Con respeto y con decisión, como un buen amigo, y también como un buen médico, que en ocasiones debe emplear el bisturí”.
“Muchos de los problemas que se manifiestan en la vida de un sacerdote a menudo se deben a la falta de discernimiento en los años del seminario. No todos y no siempre, pero muchos. Es normal, vale lo mismo para el matrimonio: determinadas cosas que no se afrontan al principio pueden convertirse en problemas más tarde”.
La cuarta y última palabra clave citada por el Papa es “misión”. “El Sínodo de los jóvenes ha revalorizado mucho la dimensión sinodal de la misión: el caminar juntos al encuentro con los demás”.
Francisco advirtió de la tentación de ser “buenos misioneros individuales”. Señaló que ya como seminarista “se puede caer en esta tentación: sentirse especial porque se es brillante a la hora de predicar, o de organizar eventos, o al celebrar las ceremonias”. Ante esa tentación, animó a aumentar la comunión entre el clero.
El Papa Francisco subrayó la importancia del acompañamiento en el discernimiento vocacional tanto en la vocación sacerdotal como al matrimonio.
En este sentido, lamentó que muchos de los problemas que surgen a los sacerdotes a lo largo de su ministerio, y de los matrimonios a lo largo de su vida conyugal, se deben a una falta de discernimiento en las etapas de formación.
Durante una audiencia que concedió en el Vaticano este sábado 24 de noviembre a seminaristas de la Diócesis italiana de Agrigento, el Santo Padre realizó un breve balance del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes que se celebró el pasado mes de octubre.
El Santo Padre reflexionó sobre el icono bíblico de los discípulos de Emaús “que guio todo el trabajo del último Sínodo y puede continuar inspirando vuestro camino”, dijo a los seminaristas.
“Precisamente ‘camino’ es la primera palabra clave: Jesús Resucitado nos encuentra en el camino, aquella realidad en la cual cada uno de nosotros está llamado a vivir y que es el recorrido interior, la vía de la fe y de la esperanza, que conoce momentos de luces y momentos de oscuridad”.
El Papa explicó que en ese camino “el Señor nos encuentra, nos escucha y nos habla”. La segunda palabra clave a la que hizo referencia es “escucha”. “Nuestro Dios es Palabra, y al mismo tiempo es silencio que escucha”.
“Jesús es la Palabra que se ha hecho escucha, acogida de nuestra condición humana. Cuando aparece junto a los dos discípulos camino con ellos escuchándolos, y también estimulándoles a sacar fuera lo que llevan dentro: sus esperanzas, sus decepciones”.
Aplicado a la vida del seminarista, señaló que, este modo de actual del Señor “significa que en primer lugar está el diálogo con el Señor hecho de escucha recíproca: Él escucha y yo lo escucho a Él”.
“Esta escucha del corazón en la oración nos educa a ser personas capaces de escuchar a los demás, a convertirnos en sacerdotes que ofreces el servicio de la escucha, y nos educa a ser cada vez más ‘Iglesia en escucha’, comunidad que sabe escuchar”.
Por último, la tercera palabra clave: discernimiento. Subrayó que “el seminario es el lugar y el tiempo para el discernimiento. Esto requiere un acompañamiento, como hace Jesús con los dos discípulos de Emaús y con todos los discípulos, en particular con los Doce”.
Jesús “los acompaña con paciencia y con sabiduría, los educa a seguirlo en la verdad, desenmascarando las falsas actitudes que llevan en el corazón. Con respeto y con decisión, como un buen amigo, y también como un buen médico, que en ocasiones debe emplear el bisturí”.
“Muchos de los problemas que se manifiestan en la vida de un sacerdote a menudo se deben a la falta de discernimiento en los años del seminario. No todos y no siempre, pero muchos. Es normal, vale lo mismo para el matrimonio: determinadas cosas que no se afrontan al principio pueden convertirse en problemas más tarde”.
La cuarta y última palabra clave citada por el Papa es “misión”. “El Sínodo de los jóvenes ha revalorizado mucho la dimensión sinodal de la misión: el caminar juntos al encuentro con los demás”.
Francisco advirtió de la tentación de ser “buenos misioneros individuales”. Señaló que ya como seminarista “se puede caer en esta tentación: sentirse especial porque se es brillante a la hora de predicar, o de organizar eventos, o al celebrar las ceremonias”. Ante esa tentación, animó a aumentar la comunión entre el clero.
El Papa anima a los coros de las iglesias a que el pueblo participe en los cánticos
El Papa Francisco animó a los coros y músicos que ayudan a la oración y a la liturgia a no dar la espalda al pueblo, y a ayudar a los fieles a la participación activa en la oración: “a veces me da pena cuando, en algunas ceremonias, se canta muy bien, pero la gente no puede cantar esas cosas”.
Con vuestro canto “¡habéis despertado al Vaticano!”. Con estas palabras, el Papa Francisco saludó a los más de 8 mil músicos y cantantes en el Aula Pablo VI del Vaticano, presentes del 23 al 25 de noviembre en Roma para participar en el III Encuentro Internacional de Coros, organizado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
“Es hermoso escuchar vuestras melodías y sentir la alegría y la seriedad con que todos juntos dais voz a la belleza de nuestra oración”, aseguró el Pontífice.
Durante su discurso, animó a los músicos a ser “animadores del canto de toda la asamblea y no lo reemplacéis, privando al pueblo de Dios de cantar con vosotros y de dar testimonio de una oración eclesial y comunitaria”.
Por ello, les pidió no caer “en la tentación de un protagonismo que eclipsa vuestro compromiso y humilla la participación activa del pueblo en la oración”.
“Vosotros que habéis comprendido más profundamente la importancia del canto y de la música, no menoscabéis las otras expresiones de la espiritualidad popular: las fiestas patronales, las procesiones, las danzas y los cantos religiosos de nuestro pueblo también son un verdadero patrimonio de la religiosidad que merece ser valorado y sostenido porque es siempre una acción del Espíritu Santo en el corazón de la Iglesia”.
En su discurso, el Santo Padre recordó que “hace pocos días tuvo lugar el Sínodo de los Obispos, dedicado a los jóvenes, y un tema que se trató con interés fue precisamente el de la música”.
Francisco recordó, en este sentido, el contenido del punto 47 del Documento Final del Sínodo: “Es muy peculiar la importancia de la música, que representa un verdadero y propio entorno en el que los jóvenes están constantemente inmersos, así como una cultura y un lenguaje capaces de despertar emociones y moldear la identidad. El lenguaje musical también representa un recurso pastoral, que interpela en particular la liturgia y su renovación”.
Destacó la importancia de la música en la evangelización: “vuestra música y vuestros cantos son un verdadero instrumento de evangelización en la medida en que os hacéis testimonio de la profundidad de la Palabra de Dios que toca los corazones de las personas, y permite una celebración de los sacramentos, especialmente de la Sagrada Eucaristía, que deja entrever la belleza del Paraíso”.
Así, pidió a los presentes que no cedan nunca “n este compromiso tan importante para la vida de nuestras comunidades; de esta manera, con el canto dais voz a las emociones que están en lo profundo del corazón de todos”.
“En los momentos de alegría y de tristeza, la Iglesia está llamada a estar siempre cerca de las personas, para ofrecerles la compañía de la fe. ¡Cuántas veces la música y el canto hacen que esos momentos sean únicos en la vida de las personas, porque los conservan como un recuerdo precioso que ha marcado su existencia!”.
El Papa destacó “las muchas tradiciones de nuestras comunidades dispersas por todo el mundo, que muestran las formas más arraigadas en la cultura popular, y que se convierten en una oración verdadera y propia”.
Además, destacó que “vuestra presencia, al tiempo que resalta la internacionalidad de vuestros respectivos países, nos hace comprender la universalidad de la Iglesia y sus diferentes tradiciones. Vuestro canto y vuestra música, especialmente en la celebración de la Eucaristía, evidencian que somos un solo Cuerpo y cantamos con una sola voz nuestra única fe”.
“Incluso si hablamos diferentes idiomas, todos pueden entender la música con la que cantamos, la fe que profesamos y la esperanza que nos aguarda”, afirmó para subrayar la importancia que la música tiene en la liturgia.
Finalmente, pidió que la música “sea un instrumento de unidad para hacer eficaz el Evangelio en el mundo de hoy, a través de la belleza que aún fascina y hace posible creer confiándose al amor del Padre”.
El Papa Francisco recibió el pañuelo celeste de “Salvemos las 2 Vidas”
El Papa Francisco recibió este 21 de noviembre el pañuelo celeste característico de la campaña provida “Salvemos las 2 Vidas”, que surgió en Argentina y se ha extendido por toda Hispanoamérica.
El Santo Padre recibió el pañuelo de manos de Antonio Carlos Tavares de Mello, conocido como “Tonio”, fundador de la Comunidade Jesus Menino de Brasil.
La Comunidade Jesus Menino acoge y adopta a niños con discapacidad. Actualmente tienen a 42 personas adoptadas en su hogar en Petrópolis y otras 54 en Brasilia.
En diálogo con ACI Prensa, Tonio señaló que “por lo menos dos o tres veces al año viajamos a Europa para dar testimonio de este carisma en grupos y parroquias”.
“Estamos en misión, con nuestra comunidad católica Jesus Menino. Estamos en misión en Europa, en los países de Italia, Holanda, Austria y Alemania, donde hablamos de la vida, testimoniando nuestro carisma específico de acoger, adoptar como padre y madre, a niños, jóvenes y adultos, personas con discapacidad que pueden ser secuelas de posibles abortos”.
Tonio explicó que recibieron el pañuelo de “Salvemos las 2 Vidas” de próvidas argentinos y decidió entregársela al Papa en Roma.
“Cuando se la di, le expliqué que no era nuestra, que no era de nuestra comunidad, sino de una joven de Argentina, donde ha nacido ese bello trabajo y ha llegado a Brasil”.
“Le dije que nosotros, los provida del mundo entero, tenemos la misión de salvar a la madre y salvar al hijo. Le dije al Santo Padre: ‘Sabe que el lenguaje de los medios de quienes están a favor del aborto dicen que queremos salvar solo una vida y no las dos vidas, pero nosotros queremos salvar las dos vidas. Nos preocupamos por la madre y los hijos’”.
“Le dije que ‘usted siendo argentino, este movimiento es de su país, necesitamos mucho de su bendición y su oración’. Él se sintió muy emocionado e hizo una señal de afirmación, como diciendo ‘cuenten conmigo, cuenten con el Papa. El Papa camina con ustedes, el Papa está siempre cerca de nosotros´”.
Tonio y su comunidad le entregaron al Papa también la imagen de Nuestra Señora de Aparecida, “y él vio que Argentina y Brasil están hermanados para salvar vidas”.
El fundador de la Comunidade Jesus Menino aseguró que “mi corazón se alegra de tocar al pastor”.
“Los movimientos provida somos un farol. El Papa entiende que somos ese farol para hacer frente a la cultura de muerte que afecta a nuestros países como México, Argentina Chile y otros”, aseguró, y añadió que “es bueno saber que estamos a los pies de Pedro y que en la Iglesia sabemos que tenemos que salvar las dos vidas”.
Tonio pidió además oraciones por el trabajo de su comunidad, “que ahora sigue su misión en la ciudad de Bolzano (Italia), luego vamos a Ámsterdam en Holanda, donde vamos a hablar en las parroquias”.
“Después seguiremos con Viena en Austria y luego Múnich (Alemania), para luego volver a Brasil”.
“Somos simples familias de Nazaret”, aseguró.
Para saber más sobre la Comunidade Jesus Menino, puede ingresar a su página de Facebook o a su sitio web.
Jesús es el Rey “que da un sentido nuevo a la vida”, asegura el Papa Francisco
Durante el Ángelus celebrado este domingo 25 de noviembre, último domingo del año litúrgico y Solemnidad de Cristo Rey del Universo, el Papa Francisco afirmó que Jesús quiere convertirse en nuestro Rey, pero no en un Rey de este mundo, sino un Rey “que de un sentido nuevo a nuestra vida”.
“Un Rey que, con su palabra, con su ejemplo y con su vida inmolada en la Cruz, nos ha salvado de la muerte, ha indicado el camino al hombre perdido, ha dado luz nueva a nuestra existencia marcada por la duda, por el miedo y por la prueba de cada día”.
El Santo Padre insistió en que “no debemos olvidar que el reino de Jesús no es de este mundo. Él dará un sentido nuevo a nuestra vida, en ocasiones sometida a dura prueba también por nuestros errores y nuestros pecados”.
La única condición es “que no sigamos las lógicas del mundo y de sus ‘reyes’”.
El Pontífice realizó esta reflexión a partir del Evangelio de Juan correspondiente a este domingo, en el que se narra cómo Pilato juzga a Jesús después de que los soldados del Sanedrín lo detuvieran en Getsemaní.
El procurador romano le pregunta: “¿Eres tú el Rey de los judíos?”. En su respuesta, Jesús primero aclara que su Reino “no es de este mundo”, y después confirma: “Sí, como dices, soy Rey”.
Francisco explicó este misterioso pasaje evangélico: “Es evidente a lo largo de toda su vida que Jesús no tiene ambiciones políticas”. Prueba de ello es que “tras la multiplicación de los panes, la gente, entusiasmada por el milagro, quería proclamarlo rey para que derrotara al poder romana y restableciese el reino de Israel”.
“Pero, para Jesús, el Reino es otra cosa y no se alcanza con revueltas, con violencia y con la fuerza de las armas”. Por ese motivo, cuando el pueblo pretendió nombrarlo rey, “se retiró a la montaña a rezar”.
Es precisamente en esa concepción del Reino divino donde reside la explicación a la siguiente frase, también de difícil interpretación, que dice a Pilato: “Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí”.
De esta manera, “Jesús quiere hacer entender que por encima del poder político hay otro mucho más grande que no se obtiene con medios humanos. Él vino a la tierra para ejercer este poder, que es el amor, dando testimonio de la verdad”.
“Se trata de la verdad divina que, en definitiva, es el mensaje esencial del Evangelio: ‘Dios es amor’ y quiere establecer en el mundo su reino de amor, de justicia y de paz. Este es el Reino del que Jesús es Rey, y que se extiende hasta el final de los tiempos”.
Por el contrario, el Papa puso de relieve que “la historia enseña que los reinos fundados sobre el poder de las armas y sobre la prevaricación son frágiles y antes o después terminan quebrando. Pero el Reino de Dios se fundamenta sobre el amor y se radica en los corazones, ofreciendo a quien lo acoge paz, libertad y plenitud de vida”.
“Todos nosotros queremos, paz, queremos, libertad, queremos plenitud. ¿Cómo se consigue? Basta con que dejes que el amor de Dios se radique en el corazón y tendrán paz, libertad y plenitud”, concluyó el Papa.
El Papa reza por víctimas del genocidio causado durante el período soviético en Ucrania
Al finalizar el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, este domingo 25 de noviembre, el Papa Francisco quiso recordar a las víctimas de la hambruna que a partir de 1932 causó cerca de 4 millones de muertos en Ucrania como consecuencia de las políticas de la Unión Soviética.
La crisis humana, conocida como “Holodomor” y cuyo aniversario se conmemoró el pasado sábado 24 de noviembre, fue desatada por el dictador comunista Stalin al emprender un proceso de colectivización de granjas ganaderas y tierras de cultivo.
“Ayer en Ucrania se conmemoró el aniversario del ‘Holodomor’, terrible carestía provocada por el régimen soviético que causó millones de víctimas. Que esta inmensa herida del pasado sea un llamado para todos para que estas tragedias no se repitan nunca más. Recemos por aquel querido país y por la paz tan deseada”, fueron las palabras del Santo Padre.
El “Holodomor”, o genocidio ucraniano, comenzó en 1932 cuando numerosos campesinos ucranianos se negaron a la colectivización, que suponía la pérdida de la propiedad de sus tierras, granjas y ganado.
Lejos de buscar una solución que diera respuesta a las aspiraciones de los campesinos, las autoridades soviéticas iniciaron un proceso de represión mediante requisas, castigos, asesinatos y trabajos forzosos.
El resultado de las expropiaciones masivas de ganados y cosechas, y de los desplazamientos forzosos de comunidades enteras de campesinos, fue la muerte de 4 millones de ucranianos.