VATICANO, 02 Abr. 17 / 05:41 am (ACI).- Las muertes provocadas por la avalancha de fango y rocas, como resultado de las fuertes lluvias en el sur de Colombia, han provocado una profunda tristeza en el Papa Francisco.
Visiblemente entristecido, el Santo Padre tuvo unas palabras de solidaridad y consuelo que pronunció durante el rezo del Ángelus en la ciudad italiana de Carpi, donde se encuentra de visita apostólica:
“Estoy profundamente dolorido por la tragedia que ha golpeado a Colombia, donde una gigantesca avalancha de fango, causada por las lluvias torrenciales, ha golpeado la ciudad de Mocoa provocando numerosos muertos y heridos. Rezo por las víctimas, y traslado mi cercanía, y la vuestra, a los que lloran la perdida de sus seres queridos. Doy las gracias a todos los que están trabajando para dar su ayuda”.
El Pontífice pronunció este mensaje después de la Misa que presidió frente a la Catedral de Carpi, en cuya homilía recordó que Jesús “no huye del sufrimiento, que pertenece a esta vida, pero no se deja encerrar en el pesimismo”.
La avalancha, que provocó más de 200 muertos y más de 200 heridos, se desencadenó como consecuencia del desbordamiento de los tres ríos que cruzan la ciudad de Mocoa, principal urbe del departamento de Putumayo con cerca de 45 mil habitantes, al sur de Colombia.
A lo largo de la noche del sábado se registraron 130 milímetros por centímetro cúbico, algo del todo inusual que supone el 30 % de todo lo que llueve en un mes.
El Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se ha desplazado a la zona de la tragedia y ha anunciado que declarará el “estado de calamidad” en la región. Además, se ha comprometido a organizar un plan de ayuda en el que se implique a todas las instituciones, a las organizaciones humanitarias y a la comunidad internacional.
Hay 17 barrios arrasados por la riada, y más de la mitad de la población se ha visto afectada en mayor o menor medida. La ciudad y las zonas aledañas se han quedado sin luz ni agua potable, y muchos barrios se encuentran totalmente aislados.
Unidades de la Policía y del Ejército trabajan junto a los efectivos de emergencia de la Cruz Roja y bomberos para rescatar a los heridos y buscar a los desaparecidos.