El grito de los pobres es cada vez más fuerte pero menos escuchado
El Papa Francisco celebró este domingo 18 de noviembre una Misa por la Jornada Mundial de los Pobres en la que afirmó que el grito de estos hermanos es cada vez más fuerte y, lamentablemente, cada vez menos escuchado.
Ante unos 6.000 pobres presentes en la Basílica de San Pedro, acompañados por numerosos voluntarios y miembros de asociaciones de caridad que los asisten cotidianamente, el Pontífice resaltó que “la injusticia es la raíz perversa de la pobreza. El grito de los pobres se hace cada día más fuerte, y cada día menos escuchado”. Termina siendo “dominado por el ruido de pocos ricos, que son siempre menos y siempre más ricos”.
El Santo Padre refirió asimismo que “vivir la fe en contacto con los necesitados es importante para todos nosotros. No es una opción sociológica, no es la moda de un pontificado, es una exigencia teológica. Es reconocerse mendicantes de salvación, hermanos y hermanas de todos, pero especialmente de los pobres, los predilectos del Señor”.
En este día, continuó el Papa, “pidamos la gracia de escuchar el grito de quien vive en aguas borrascosas. El grito de los pobres: es el grito ahogado de los niños que no pueden ver la luz, de los pequeños que sufren hambre, de los chicos habituados al fragor de las bombas en lugar de los gritos alegres de los juegos. Es el grito de los ancianos descartados y dejados solos. Es el grito de quien enfrenta la tempestad de la vida sin una presencia amiga. Es el grito de quien debe huir, dejando la casa y la tierra sin la certeza de un lugar adonde llegar. Es el grito de poblaciones enteras privadas de los ingentes recursos naturales de los que disponen. Es el grito de tantos Lázaros que lloran, mientras pocos epulones banquetean con lo que, por justicia, pertenece a todos”.
“Ante la dignidad humana pisoteada con frecuencia permanecemos con los brazos cruzados o se abren los brazos, impotentes ante la oscura fuerza del mal. Pero el cristiano no puede estar con los brazos cruzados, indiferente, o con los brazos abiertos y fatalista, no. El creyente tiende la mano, como hace Jesús con Él”.
El Pontífice resaltó asimismo que “ante Dios el grito de los pobres es escuchado. Pregunto: ¿y en nosotros? ¿Tenemos ojos para oír, oídos para oír, manos tendidas para ayudar, o repetimos ese ‘vuelve mañana’? ‘Cristo mismo, en la persona de los pobres, reclama en voz alta la caridad de sus discípulos’. Nos pide reconocerlo en quien tiene hambre y sed, es forastero y despojados de dignidad, enfermo y encarcelado”.
“El Señor tiende la mano: es un gesto gratuito, no exigido. Y así es que se hace. No estamos llamados a hacer el bien solo a quien se quiere. Volver es normal pero Jesús pide ir más allá: pide dar a quien no va a devolver, es decir amar gratuitamente”.
El Papa Francisco explicó luego que, como el Señor Jesús en el Evangelio, al cristiano le toca salir al encuentro. “¿Para ir dónde? Hacia Dios, rezando, y hacia quien tiene necesidad, amando. Son los verdaderos tesoros de la vida: Dios y el prójimo. Ir hacia Dios y bajar a los hermanos, esta es la ruta indicada por Jesús. Él nos sacude de estar cómodos en las llanuras de la vida, de vivir ociosamente entre las pequeñas satisfacciones cotidianas. Los discípulos de Jesús no están hechos para la previsible tranquilidad de una vida normal”.
“Como el Señor Jesús viven su camino, ligeros, listos para dejar las glorias del momento, atentos a no apegarse a los bienes que pasan. El cristiano sabe que su patria está más allá, sabe que ya es (…) conciudadano de los santos y familiar de Dios”.
Francisco recordó que al creyente le toca buscar siempre a Cristo, con la certeza de que “Jesús, solo Él, vence a nuestros grandes enemigos: el diablo, el pecado, la muerte, el miedo y la mundanidad”.
Ante las tempestades de la vida, continuó el Santo Padre, “el secreto de navegar bien es invitar a Jesús a bordo. El timón de la vida se le da a Él para que sea Él quien defina la ruta. Solo Él da vida en la muerte y esperanza en el dolor. Solo Él cura el corazón con el perdón y libera del miedo con la confianza. Invitemos a Jesús a la barca de la vida”. “¡Con Él a bordo nunca hay naufragio!”, exclamó.
“Miremos nuestros días: Entre las muchas cosas, ¿hacemos algo gratuito, algo para quien no tiene como dar algo a cambio? Esa será nuestra mano tendida, nuestra verdadera riqueza en el cielo. Tiende la mano a nosotros Señor y aférranos”.
Para concluir, el Papa Francisco pidió a Jesús que “nos ayudes a amar como amas Tú. Enséñanos a dejar lo que pasa, a animar a quien tenemos al lado, a dar gratuitamente a quien tiene necesidad. Amén”.
Estemos vigilantes y listos para dar cuenta de nuestra vida
Antes del rezo del Ángelus de este domingo, después de haber celebrado la Misa por la Jornada Mundial de los Pobres, el Papa Francisco alentó a estar siempre vigilantes y listos para cuando el Señor nos llame a dar cuenta de nuestra vida.
En su reflexión sobre el Evangelio de Marcos de este domingo, el Santo Padre dijo que las palabras de Jesús no son un discurso “sobre el fin del mundo, sino una invitación a vivir bien el presente, a estar vigilantes y siempre listos para cuando seamos llamados a dar cuenta de nuestra vida”.
“La luz que resplandecerá ese último día será única y nueva: será la del Señor Jesús que se verá en la gloria con todos los santos. En ese encuentro veremos finalmente su Rostro en la plena luz de la Trinidad: un Rostro radiante de amor, ante el cual aparecerá la total verdad de todo ser humano”, explicó el Santo Padre.
Francisco destacó también que la historia de la humanidad “no puede ser interpretada a la luz de una visión fatalista, como si todo estuviese ya preestablecido según un destino que sustrae todo espacio de libertad, impidiendo que se cumplan las opciones que son fruto de una verdadera decisión”.
Si bien no se sabe cuándo sucederá eso, dijo el Papa, “si conocemos un principio fundamental con el que debemos confrontarnos. ‘El cielo y la tierra pasarán –dice Jesús– pero su palabra no pasará’. El verdadero punto crucial es este. Ese día cada uno de nosotros deberá ver si la Palabra del Hijo de Dios ha iluminado la propia existencia personal o si ha dado la espalda prefiriendo confiar en las propias palabras”.
“Será el momento en el que nos toque abandonarnos definitivamente al amor del Padre y confiarnos a su misericordia. ¡Ninguno puede huir de este momento, ninguno de nosotros! La astucia que con frecuencia ponemos en nuestros comportamientos para acreditar la imagen que queremos ofrecer, ya no servirá. Al mismo tiempo, el poder del dinero y de los medios económicos con los cuales pretendemos con presunción comprar todo y a todos, ya no podrá ser usado”.
El Papa recordó que “solo tendremos con nosotros lo que hayamos realizado en esta vida creyendo en Su Palabra: el todo o la nada de cuanto hayamos vivido o dejado de cumplir. Con nosotros solo llevaremos lo que hayamos dado”.
“Invoquemos la intercesión de la Virgen María para que la constatación de nuestro ser provisionales en la tierra y de nuestro límite, no nos haga colapsar en la angustia sino que nos llame a la responsabilidad hacia nosotros mismos, hacia el prójimo y el mundo entero”, concluyó.
El Papa Francisco almuerza con 1.500 pobres en el Vaticano
Luego del rezo del Ángelus este 18 de noviembre, el Papa Francisco se dirigió al Aula Pablo VI en el Vaticano donde almorzó con 1.500 pobres en el marco de la Jornada Mundial de los Pobres que se celebra hoy.
El Santo Padre llegó al Aula Pablo VI a las 12:20 p.m. (hora local) y tomó su lugar en la mesa principal desde donde dirigió algunas palabras a los presentes.
“Agradecemos a los que han traído el almuerzo, a quienes lo servirán. Agradecemos a todos los que estamos aquí. Que Dios bendiga a cada uno de nosotros, nuestros corazones, nuestras intenciones y nos ayude a seguir adelante. ¡Buen almuerzo!”.
El almuerzo fue servido por un chef del hotel Hilton de Roma y por unos 70 voluntarios que laboran en las parroquias de la Ciudad Eterna.
En el menú se sirvió lasaña, un plato de pollo con puré de papas y como postre el tradicional tiramisú. Animaron el almuerzo los jóvenes de la banda del Santuario de Pompeya.
Al final del almuerzo el Pastificio Rummo entregó a los presentes y a las asociaciones más de 1.500 bolsas conteniendo cada una un kilo de pasta.
En sus palabras posteriores al rezo del Ángelus, el Santo Padre dijo que, como este almuerzo, “muchas iniciativas de oración y de compartir se promueven hoy en las diócesis de todo el mundo, para expresar la cercanía de la comunidad cristiana a cuantos viven en condiciones de pobreza”.
La Jornada Mundial de los Pobres, resaltó, “quiere ser un signo de esperanza y un estímulo para convertirnos en instrumentos de misericordia en el tejido social”.
Dolor del Papa por ataque a catedral que dejó decenas de muertos
El Papa Francisco expresó su profundo dolor por el ataque contra una catedral en República Centroafricana que dejó más de 40 muertos, entre ellos dos sacerdotes.
“Con dolor me enteré de la noticia del ataque ocurrido hace unos días en un campo de desplazados en la República Centroafricana, en el que han sido asesinados dos sacerdotes”, dijo el Santo Padre tras el rezo del Ángelus en el Vaticano.
“A este pueblo tan querido para mí, donde abrí la primera Puerta Santa del Año de la Misericordia, expreso toda mi cercanía y mi amor”.
“Recemos por los muertos y heridos y para que cese toda violencia en ese amado país que tiene tanta necesidad de paz. Recemos juntos a la Virgen”, dijo el Papa, tras lo cual todos los fieles en la Plaza de San Pedro rezaron un Ave María.
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) informó que la catedral de Alindao (República Centroafricana), fue atacada por un grupo de rebeldes ex Seleka el 15 de noviembre, quienes asesinaron a decenas de refugiados, la mayoría cristianos, entre ellos el Vicario General, P. Blaise Mada, y otro sacerdote que sería el P. Célestin Ngoumbango, de la parroquia de Mingala.
El grupo armado responsable de la masacre sería el llamado Unidad para la paz en Centroáfrica (UPC), dirigido por Ali Darassa.
Según señalan medios locales, en los últimos ocho meses otros tres sacerdotes han sido asesinados por los grupos armados en la República Centroafricana: Desiré Angbabata, muerto en marzo; Albert Toungomalet Baba, en mayo; y Firmin Gbagoua, en junio.
El Papa Francisco reza por fallecidos en incendios de California
El Papa Francisco ofreció una oración especial por todos los fallecidos y por cuantos han sido afectados por los incendios forestales en el estado de California, y por los muertos a causa de las heladas en la costa este de Estados Unidos.
“Una oración especial va para cuantos han sido golpeados por los incendios que están flagelando a California, y también por las víctimas de la helada en la costa este de Estados Unidos”, dijo el Santo Padre tras el rezo del Ángelus este domingo en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
“Que el Señor acoja en su paz a los difuntos, consuele a los familiares y sostenga a cuantos se esfuerzan en las labores de socorro”, pidió el Pontífice.
En los últimos días una fuerte tormenta invernal ha cobrado la vida de al menos 8 personas en Estados Unidos y ha dejado sin electricidad a unos 290.000 hogares en Indiana, Kentucky, Ohio, Virginia, Virginia Occidental y Pensilvania.
De otro lado, los incendios conocidos como Camp Fire en el norte de California; y el Woolsey Fire, en el sur del estado, han arrasado con más de 97.124 hectáreas, y han dejado más de 1.000 desaparecidos y 70 muertos.
El Camp Fire, informa CNN, es “el incendio forestal más letal y destructivo de la historia del estado, con un número de muertos que sigue creciendo. Miles de sobrevivientes duermen en refugios superpoblados, automóviles y ciudades de tiendas de campaña improvisadas sin saber lo que les depara el futuro”.
Por ello, el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez, pidió a los fieles colaborar con el fondo abierto para ayudar a las víctimas.